Dos agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) abandonaron Cuba la semana pasada y serán sustituidos por otros compañeros, según fuentes del Gobierno. El Ejecutivo intentó quitar importancia a ese "relevo". "No hay que darle mayor trascendencia", declaró el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos. "Las relaciones entre Cuba y España son positivas, normales y no hay ningún tipo de cambio", añadió el jefe de la diplomacia española, que durante dos años se ha volcado en tender puentes con el régimen de la isla.

La salida de los dos agentes se produjo la semana pasada por razones que se desconocen. Coincidiendo con el viaje de los agentes a España, el embajador en aquel país, Manuel Cacho, se trasladó a Madrid, donde se reunió con Moratinos. Fuentes de Exteriores negaron que el viaje del diplomático fuera para dar explicaciones sobre el "relevo". "Hoy en día no hace falta hacer semejante viaje para aportar detalles sobre un suceso. Vino por motivos personales", añadieron esas fuentes.

Según Europa Press, que eleva el número de agentes a tres, el cambio en el equipo del CNI se debió a una queja, vía diplomática, del régimen por las actividades que realizaban los afectados. El CNI, según la agencia, decidió sustituirlos para evitar su expulsión y perder la acreditación.

CONTENCIOSO Uno de los últimos problemas que ha enturbiado la relación entre Madrid y La Habana ha sido la detención, en febrero, de Conrado Hernández, ciudadano cubano que trabajaba como delegado de negocios del Gobierno vasco. The New York Times publicó, citando a fuentes cubanas no identificadas, que Hernández había realizado grabaciones comprometedoras en las que habían participado el exvicepresidente cubano Carlos Lage y el exministro de Exteriores Felipe Pérez Roque, y que pasó esas cintas a espías españoles.