El Gobierno negó ayer que exista malestar en las Fuerzas Armadas por el diagnóstico que realiza el Ejecutivo sobre la situación en Irak y por el formato que dio al funeral de los siete militares del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que cayeron víctimas de una emboscada el pasado sábado en Irak.

El ministro portavoz, Eduardo Zaplana, aseguró que no conocía el malestar expresado por los jefes de los Ejércitos de Tierra y Aire durante un almuerzo, el miércoles en Madrid. "Tengo referencias por algunas informaciones, pero, conociendo al estamento castrense, me extraña muchísimo que sea así", dijo.

Preguntado sobre si el Ejecutivo se había quedado corto al no propiciar un homenaje popular a los fallecidos, Zaplana dijo que "todo reconocimiento será siempre poco" y que "el Gobierno hace lo que puede a través de mecanismos de que dispone". Defensa concedió ayer a los agentes la medalla al mérito militar y el Gobierno les otorgará próximamente la condecoración como víctimas del terrorismo.

INFORMACION EN INTERNET El centro de espionaje, por su parte, confirmó a través de su página web que el superviviente José Manuel Sánchez Riera "pudo escapar de un intento de linchamiento de un numeroso grupo de partidarios de Sadam y logró la protección de unos policías locales iraquís".

"TERRORISMO SIN LIMITES" Ante el análisis de algunos militares que señalan que en Irak no sólo hay terrorismo, sino un fenómeno muy preocupante de resistencia organizada, el ministro Zaplana insistió en que "todo es terrorismo, un terrorismo insólito y sin límites, que ataca a instituciones internacionales como la Cruz Roja y las Naciones Unidas, causando gravísimos daños". Sostuvo que frente a ese terrorismo "puro y duro" lo que hay que hacer es "plantarle cara y no replegarse" y aunque "desgraciadamente, también se producen algunos momentos de dolor intenso y sufrimiento", al final, "se le termina venciendo" añadió.