Nueva llamada a capítulo al tripartito catalán. Altos cargos del Gobierno y del PSOE rechazaron ayer la posibilidad de ceder a Cataluña la competencia de convocar referendos, incluida en el borrador del Estatuto catalán.

Ante la deriva que a juicio del PSOE está tomando la reforma catalana, el Ejecutivo ha decidido complementar los cauces de diálogo con una nueva estrategia de diplomacia preventiva: la emisión de mensajes disuasorios que indiquen al Parlamento catalán el camino a seguir. Y, también, qué atajos debe evitar si quiere que el Estatuto reciba el apoyo del Congreso.

Entre las sendas vedadas por el Ejecutivo figura la concesión a la Generalitat de competencias exclusivas sobre la convocatoria de "consultas autonómicas y locales por la vía del referendo". El texto estatutario exceptúa las consultas que puedan celebrarse sobre "decisiones de especial trascendencia", pero al no concretar cuáles ha levantado fuertes suspicacias en el Gobierno socialista.

Administraciones Públicas tampoco juzga factible que el Gobierno ceda a la Generalitat las políticas de inmigración. Pero sí ofrece al tripartito mas colaboración.