Los esfuerzos del Gobierno por forjar con el PP pactos de reconstrucción tras la pandemia están cayendo, de momento, en saco roto. Pedro Sánchez y Pablo Casado llegaron a un entendimiento de mínimos a principios de semana, al consensuar que el hipotético acuerdo a nivel estatal se abordaría a través de una comisión en el Congreso de los Diputados, pero ayer se volvió a poner de manifiesto la distancia que separa al jefe del Ejecutivo y el líder de los conservadores. El PSOE y Unidas Podemos registraron este organismo parlamentario sin esperar al PP, cuya visión sobre su contenido, formato y alcance es muy distinta a la de socialistas y morados.

Al mismo tiempo, la intención de los socialistas de extender los pactos a todas las comunidades y los ayuntamientos tampoco está siendo bien acogida por los presidentes autonómicos conservadores. «¿Apoya usted una propuesta de reconstrucción, donde gobierna el PSOE y donde gobiernan otras fuerzas políticas? Contésteme con un sí o un no», preguntó sin éxito Sánchez a Casado el pasado miércoles en el Congreso, durante un bronco debate.

Desde entonces, los socialistas, tanto en el gobierno como en la oposición, han ofrecido pactos en todas las comunidades. Pero el único presidente autonómico que ha recogido el guante, hasta ahora, ha sido el andaluz Juan Manuel Moreno.

CUATRO EJES / «El acuerdo tiene que llegar a todos los rincones de España, gobierne quien gobierne. Por eso en la Comunidad de Madrid, [Ángel] Gabilondo, [líder de los socialistas en la autonomía], trasladó su intención de abordar ese pacto. Esperamos que la presidenta de la comunidad [Isabel Díaz-Ayuso, del PP] lo acepte», dijo tras el Consejo de Ministros la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.

Montero citó los cuatro ejes que, según la Moncloa, debería contener el acuerdo: refuerzo del sistema sanitario, avances en la protección social de los más vulnerables, reactivación económica y búsqueda de una posición unitaria ante la UE. «Creemos que son las medidas donde puede haber mayor grado de consenso. (…) Todos tendremos que ceder un poco para que el país gane mucho. Quienes pretendan manejarse con los mismos códigos políticos de hace escasos dos meses se equivocarán», continuó, en referencia al PP.

Poco antes, en el Congreso, socialistas y morados habían registrado su propuesta para la comisión parlamentaria de reconstrucción, que será analizada el próximo martes por la Mesa de la Cámara baja.

Al final, después de varias conversaciones, el texto no fue pactado con el Partido Popular, partidario de que el nuevo organismo parlamentario (cuyos trabajos, en principio, tendrán una duración de dos meses) sirva para examinar la gestión de la pandemia por parte del Ejecutivo y llame también a comparecer a todos los responsables. Es decir, crear una especie de comisión de investigación, centrada no tanto en lanzar propuestas hacia el futuro inmediato como en fiscalizar el pasado reciente.

PRESIDENCIA DE LA COMISIÓN / La presidencia de la comisión es otro asunto que separa a ambos bandos. El PP cree que el puesto debe recaer en su partido, algo que le permitiría manejar los tiempos del organismo. El PSOE y Unidas Podemos, por su parte, defienden que se someta a votación al tener más posibilidades de que el resto de grupos parlamentarios del Congreso, como ERC y el PNV, respalden su propuesta.