Soraya Sáenz de Santamaría se ha comprometido este miércoles a abordar la supresión de los aforamientos, medida incluida en el pacto de investidura entre el PP y Ciudadanos, pero antes ha reclamado consenso entre los grupos parlamentarios y aclarar la extensión de la iniciativa. Durante la sesión de control al Gobierno, a preguntas de Albert Rivera, la vicepresidenta ha señalado que “el PP cumple con sus compromisos”.

Pero hay diferencias en el ritmo que el Ejecutivo y el partido naranja quieren imprimir a la eliminación de los aforados. Rivera ha abogado por acabar cuanto antes, a través de una reforma “exprés” de la Constitución, con el privilegio de diputados y senadores, que ahora solo pueden ser juzgados por el Tribunal Supremo. La vicepresidenta ha pedido delimitar primero qué aforados serían objeto de la iniciativa, ya que hay más de 17.000 personas en España que disfrutan de esta condición, entre jueces, fiscales, políticos y miembros de la Familia Real. “Hay cuestiones que debemos aclarar”, ha subrayado la número dos del Gobierno, que en ningún momento ha señalado que este asunto sea una prioridad.

EL USO DEL VETO

Justo antes, Santamaría ha debatido con Carolina Bescansa, de Podemos, sobre la utilización por parte del Ejecutivo de su derecho de veto para paralizar iniciativas aprobadas por el Congreso cuando estas suponen “aumento de los créditos o disminución de los ingresos”, según recoge el artículo 134 de la Carta Magna. El Gobierno ha echado mano de esta facultad en 14 ocasiones en lo que va de legislatura, una vez cada tres días, según el partido morado.

“Ustedes, por la vía de los hechos, están diciendo que aquí no se puede legislar sobre lo importante”, ha dicho Bescansa. “Por gastar sin control, este país estuvo al borde de un rescate”, ha replicado la vicepresidenta.

Mariano Rajoy, de vuelta de Nueva York, donde participó el día anterior en el Consejo de Seguridad de la ONU, no ha podido asistir a la sesión de control.