Dejado atrás lo peor de la crisis sanitaria, el debate político vuelve a los asuntos previos al estallido de la pandemia del coronavirus. Ya no se centra, como durante los meses anteriores, en la necesidad de prorrogar el estado de alarma, sino en los Presupuestos Generales del Estado, que llevan prorrogados desde mediados del 2018, cuando Mariano Rajoy los aprobó días antes de tener que abandonar la Moncloa, a raíz de la moción de censura. El Gobierno mantiene aquí todas las puertas abiertas. Intenta atraer a ERC insistiendo en que la mesa de diálogo con la Generalitat se reunirá en julio, aunque todavía no hay ninguna fecha cerrada, y pide a Cs que deje de «vetar» a los republicanos, al tiempo que urge al PP a sentarse a negociar sobre las cuentas.

SIN CÓMPLICES / Pero el partido de Pablo Casado no tiene ninguna disposición a abordar los Presupuestos, el de Oriol Junqueras señala que no estará en ningún pacto que incluya a los naranjas y el de Inés Arrimadas pide la desaparición de esa mesa entre el Ejecutivo y la Generalitat como condición previa para sentarse a dialogar sobre el proyecto.

Ayer, tras el Consejo de Ministros, la portavoz, María Jesús Montero, volvió a subrayar que el organismo para abordar el «conflicto político» en Cataluña se reunirá en las próximas semanas. «La posición del Gobierno ha sido bastante transparente. La única solución para Cataluña es la dialogada. Hay foros donde queremos discutir, diagnosticar la situación. La pandemia ha supuesto en un paréntesis. Desde el momento en el que volvemos a la nueva normalidad, hay que volver a la agenda pactada», señaló la también ministra de Hacienda. «El Gobierno mantiene su hoja de ruta. El presidente ya anunció que no tendría ningún inconveniente en reunir la mesa en julio. Es aconsejable que sea después de las elecciones en Galicia y Euskadi», añadió.

CAMPO DE JUEGO / Los republicanos eran hasta hace poco indispensables para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. Ahora ya no tanto. A raíz de la pandemia, Ciudadanos ha iniciado un giro al centro. Este cambio en los naranjas amplía el campo de juego del Gobierno. Sin embargo, al menos de momento, la Moncloa sigue defendiendo la mesa de diálogo.

En cualquier caso, la negociación de los Presupuestos todavía no ha empezado y no lo hará, ha concretado Montero, hasta que no se concrete el reparto de los fondos europeos para hacer frente a la crisis del coronavirus. Cuando la lluvia de euros haya quedado definida (a España le corresponden, en principio, 140.000 millones), el Ejecutivo comenzará a pulsar a los grupos, sin esperar a que se hayan celebrado las elecciones catalanas, algo que puede complicar el acercamiento a los republicanos de ERC. «Este país necesita unas cuentas públicas y las necesita ya», zanjó Montero con rotundidad.