Al diseñar la conferencia de presidentes, el Gobierno se planteó que el Rey inaugurase la sesión con unas breves palabras de bienvenida en el Senado, según informaron ayer fuentes gubernamentales. Sin embargo, al final el Ejecutivo optó por no implicar al Monarca en el acto institucional propiamente dicho.

La propuesta inicial cumplía dos objetivos: además de subrayar el protagonismo que el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, quiere dar al Rey como jefe del Estado, disuadía a los presidentes autonómicos de la tentación de no asistir al encuentro.

El temor a que la presencia del Rey fuera interpretada precisamente como un factor de presión sobre los presidentes autonómicos, con la consiguiente polémica, aconsejó un cambio de formato: la alocución inicial del Monarca se sustituyó por un almuerzo en el Palacio Real.

Los Reyes compartirán este almuerzo con Zapatero, los presidentes autonómicos y el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla. También asistirán los Príncipes de Asturias.

En la cumbre de hoy, Zapatero tiene previsto proponer el 30 de junio del 2005 como fecha tope para consensuar el nuevo modelo de financiación de la sanidad. Zapatero planteará a los presidentes autonómicos que sea el Consejo de Política Fiscal y Financiera el foro idóneo para abordar las posibles fórmulas de financiación para hacer frente al agujero sanitario. Transcurrido ese plazo, el Gobierno elaborará la propuesta económica consensuada que será incorporada a los presupuestos del 2006.

Es más que probable que de la cumbre surja la constatación unánime de que hay que cambiar el modelo de financiación antes de que la factura sanitaria llegue al colapso. La idea de la Moncloa pasa por subir la tasa sobre la gasolina y los impuestos de alcohol y tabaco.