Cuando anunció que el estado de alarma se iba a alargar 15 días más, el pasado 22 de marzo, Pedro Sánchez habló de un "total" de un mes. La expresión daba a entender que no habría nuevas prórrogas a esta situación excepcional, cuyo plazo concluye el próximo 12 de abril. El Gobierno, sin embargo, tiene asumido que la vuelta a la normalidad tardará mucho más en concretarse y se prepara para extender de nuevo el confinamiento frente al coronavirus, una decisión que tendrá que volver a ser aprobada por el Congreso de los Diputados.

Desde que estalló esta crisis, ante las críticas por haber reaccionado tarde y no consultar las medidas con la oposición y las comunidades autónomas (sobre todo el parón de toda la actividad económica considerada no esencial), el Ejecutivo siempre se ha defendido argumentado que se limita a seguir las recomendaciones de los científicos. Y los expertos, a la luz de los datos, con el ritmo de contagios decreciendo pero no a un ritmo suficiente, apuntan a la necesidad de extender el estado de alarma, según fuentes de la Moncloa.

La idea es prorrogar el confinamiento hasta finales de abril. Por el camino, en función de la evolución de los datos sanitarios y de la situación hospitalaria, habría algunas medidas de deshielo, con cuentagotas, que permitirían lanzar el mensaje de que se está ganando esta "guerra", de que hay luz al final del túnel. Por ejemplo, que los niños puedan salir a la calle a dar un pequeño paseo (como en Italia, Francia y muchos otros países del entorno europeo), algo que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, apuntó el pasado jueves como posibilidad.

CITA PARLAMENTARIA

La extensión del confinamiento, en cualquier caso, tendrá que ser validada por el Congreso de los Diputados, como ya ocurrió con la primera prórroga, el pasado 24 de marzo. La brecha entre el Gobierno y la oposición ha ido a más en los últimos días. No solo con los partidos de la derecha española, sino también con los socios de Sánchez en la investidura, como el PNV y ERC.

Pero el Ejecutivo cree que no tendrá problemas en sacar adelante el alargamiento del estado de alarma, ya que es una medida compartida por la sociedad, que en poco tiempo ha asumido la necesidad de estas medidas radicales y está cumpliendo con ellas, y la mayoría de los grupos no pueden exponerse a votar en contra. Aun así, para intentar rebajar la tensión política, Sánchez llamará a los portavoces parlamentarios en las próximas horas. Después, el Consejo de Ministros solicitará la prórroga, que en principio será votada en la Cámara baja el próximo miércoles o jueves, según fuentes parlamentarias. Tras el visto bueno, un nuevo Consejo de Ministros deberá aprobar la extensión del confinamiento, que continuará como mínimo hasta el 26 de abril.

La Moncloa lleva días preparando el terreno para dar este paso. El pasado martes, la portavoz del Ejecutivo y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, señaló que la decisión se tomaría en los próximos "días". La vuelta a la "normalidad", continuó, "se hará de forma progresiva". Los expertos, en este sentido, defienden que cuando se levante el confinamiento, restaurantes, cines, teatros y eventos deportivos deben continuar cerrados durante un tiempo, para evitar un rebrote del virus.

"El Gobierno se plantea todas las posibilidades. El presidente tomará la decisión en los próximos días tras oír a los expertos", dijo el jueves en TVE el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Y este viernes, en la Cadena Ser, la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, ha incidido en la misma idea: "Sánchez decidirá si amplia el estado de alarma en función del criterio de las autoridades sanitarias". El anuncio está al caer.