El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero ha pisado el acelerador para correr más en la carrera final de ofertas a las autonomías y para aumentar la presión para que las más díscolas acepten en el plazo más breve posible la última propuesta de financiación que se ponga sobre la mesa. No es una estrategia nueva, puesto que ya se vivió el pasado febrero en el último intento --fallido-- de cerrar un acuerdo sobre el modelo de financiación. Quizá por ello ayer se hizo más evidente la presión conjunta sobre Cataluña --una de las comunidades más díscolas-- que empezaron a tejer el Gobierno central y las autonomías más proclives al pacto.

El caso más patente de esta estrategia fue el del Parlamento andaluz, que celebrará el próximo lunes un pleno extraordinario convocado a petición de la Junta (PSOE) para debatir la propuesta con cifras y porcentajes, dando por hecho que el acuerdo ya está ultimado. La convocatoria intenta ser una constatación de que para aquel día ya se conocerán datos concretos de la última oferta del Ministerio de Economía y será inminente la celebración del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) en el que las 15 comunidades implicadas en la negociación deberán validar, o no, el pacto.

En esta línea, el vicepresidente tercero del Gobierno y expresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, completó la maniobra de presión anunciando que el CPFF se reunirá "seguramente" el 14 de julio, un día después del pleno andaluz, a pesar de que la convocatoria del Consejo no corresponde a su ministerio, sino al de Economía y Hacienda, de Elena Salgado. Una fecha que, además, cumpliría el último plazo comprometido por Zapatero, que expira el día 15. Chaves apretó un poco más las tuercas y aseguró que se están "cerrando las cifras", y que las comunidades las conocerán "más o menos" antes del Consejo, donde recibirán la propuesta definitiva. El objetivo del equipo de Salgado es que la primera entrega de números se concrete entre mañana y el domingo, aunque el Gobierno podría avanzar hoy mismo, después del Consejo de Ministros, algunas de las grandes líneas del modelo.

El Gobierno baraja también la posibilidad de algún tipo de comparecencia pública de Salgado durante el fin de semana con el objetivo de dar todavía más la sensación de que el pacto es inminente y presionar con ello a las autonomías que se resisten a firmar por algunos escollos.