Ni a José Luis Rodríguez Zapatero ni a su número dos en el Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, les ha gustado el enorme eco que ha tenido el último juicio en la Audiencia Nacional del que fuera portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi. Y a tenor de las palabras que ambos dedicaron ayer al principal partido de la oposición (uno desde Seúl, sede de la conferencia del G-20, y el otro desde La Moncloa) aún les ha agradado menos que el PP use algunas afirmaciones del dirigente aberzale para, sin demasiados paños calientes, sembrar dudas sobre la estrategia antiterrorista del Ejecutivo. "Esperemos que todo el mundo sea prudente y no hagamos propaganda de este proceso de enaltecimiento del terrorismo en el que están encausados varios miembros de la ilegalizada Batasuna", dijo Zapatero. Por si a alguien no le quedó claro su mensaje, el presidente optó por resumirlo: "No hagamos propaganda a quien no se la merece".

AZUZAR EL FANTASMA El jefe del Ejecutivo mostró así su enojo tras escuchar al conservador Esteban González Pons exigirle que aclarase "de inmediato" si conocía de antemano la propuesta que Otegi hizo en Anoeta, tal y como los populares habían interpretado tras las palabras del portavoz de la izquierda aberzale en la Audiencia. González Pons se ha convertido en el político elegido por Mariano Rajoy para azuzar el fantasma de la negociación con ETA contra el Gobierno, a pesar de que esta legislatura socialistas y populares van (supuestamente) de la mano en este asunto.

Las declaraciones de Pons han subido de tono en las últimas horas, coincidiendo con el juicio a Otegi. Tanto, que han llegado a oídos de Zapatero en Seúl. "Como el PP normalmente ayuda, no vamos a decir nada, pero lo que tiene que hacer es ayudar siempre. Cada pregunta que lanza no sirve para nada", avisó.

En la misma línea, pero algo más duro, se mostró Rubalcaba. "Hay mucha gente pescando en río revuelto, no solo la izquierda aberzale. Hay quienes niegan sistemáticamente credibilidad a Otegi, salvo cuando ataca al PSOE", dijo en alusión al PP.

También coincidieron ayer Zapatero y su vicepresidente en la defensa del presidente del PSE, Jesús Eguiguren, que ayer testificó en el juicio de Otegi y que, según Rubalcaba, está siendo "linchado" por ello. "En la medida de mis posibilidades, no lo permitiré", advirtió el vicepresidente. El jefe del Ejecutivo se escudó en la petición de respeto para respaldar a Eguiguren, figura en torno a la cual están cerrando filas los socialistas. "Eguiguren dirá lo que piensa y lo respetaremos. Lo compartiremos más o menos, pero lo respetaremos", dijo. Hoy, el secretario de organización del PSOE, Marcelino Iglesias, se reúne con la cúpula del PSE-EE en Bilbao.

LA POSTURA DEL PNV Mientras, el presidente del PNV de Vizcaya, Andoni Ortuzar, aseguró ayer que "lo más normal del mundo" es que en el 2004 el PSOE conociera, antes de que se produjese, el "mensaje" que la izquierda aberzale iba a anunciar en Anoeta. "El partido socialista era un interlocutor más preferente para Batasuna que el PNV", dijo en la televisión pública vasca.