La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, retó ayer al líder del PP, Mariano Rajoy, a probar sus acusaciones de que el Ejecutivo ha modificado la política antiterrorista. Sostuvo que el único cambio que admite el Gobierno es "el anuncio del cese de la violencia" y afirmó que, mientras ETA no renuncie al terror, "no va a explorarse nada", en alusión a posibles vías de pacificación.

De la Vega se esforzó por desmontar uno de los argumentos más aireados por el principal partido de la oposición, consistente en que el Gobierno ha dado la espalda a la política antiterrorista pactada con el PP y mantiene negociaciones secretas con ETA. Los populares han reactivado esta acusación tras la comparecencia de José Luis Rodríguez Zapatero del viernes pasado, en que anunció el posible "comienzo del fin" de ETA.

"No ha habido ningún cambio. Se puede decir más alto, pero no más claro", insistió De la Vega. Señaló que las fuerzas de seguridad del Estado siguen deteniendo etarras --200 en dos años, dijo-- y que el Gobierno sigue reforzando la cooperación internacional contra el terrorismo, en particular con Francia.

Desde Bilbao, el coordinador de la ejecutiva de los socialistas vascos, Rodolfo Ares, negó que el PSOE negocie con Batasuna y agregó que corresponde ahora a la izquierda aberzale "dar el siguiente paso" y apostar por la "vía política" después de las declaraciones de Zapatero. Ares calificó de "mezquina y carroñera" la actitud del PP y acusó a esta formación de "instrumentalizar a las víctimas" del terror.

"UN PAÑUELO" No obstante, el portavoz socialista en la Comisión Constitucional del Congreso, Ramón Jáuregui, dijo que, "dado que Euskadi es un pañuelo", han podido producirse "contactos personales" entre socialistas y miembros de Batasuna en medio de "un clima de violencia contenida". "Sabiendo que hay una violencia contenida, esos diálogos son más fluidos, lógicos y naturales", manifestó a la SER.

En declaraciones posteriores a Efe, intentó matizar sus afirmaciones y dijo que no tenía razones para referirse a "conversaciones entre Batasuna y el PSE, ni mucho menos negociación alguna con el Gobierno".

INSISTENCIA El PP persistió ayer en sus acusaciones de que hay conversaciones con ETA. La responsable de política social del partido, Ana Pastor, afirmó que "no hay ninguna duda" de que el Gobierno "está hablando con ETA-Batasuna", en referencia a unas declaraciones del portavoz de la ilegalizada Batasuna, Joseba Permach, que ha pedido al Ejecutivo "pasar del secretismo a la oficialidad".

"Al señor Zapatero sólo le falta la foto de esas reuniones secretas", señaló Pastor, que acusó al presidente de "engañar a los españoles" sobre la política antiterrorista. Dijo la dirigente conservadora que la paz "es libertad" y "no es de alquiler por un tiempo", sino que se produce "cuando se actúa desde la legalidad". "Muy mal tienen que ir las cosas en este país para que quien elogia al presidente del Gobierno sean los señores de ETA-Batasuna", añadió Pastor.

En plena escaramuza entre socialistas y populares, el dirigente de Batasuna Permach preguntó a Zapatero si la clausura de la herriko taberna de Usurbil (Guipúzcoa) es su "oferta" para que la formación ilegalizada apueste por "las vías políticas".

Permach efectuó estas declaraciones después de una manifestación de protesta que tuvo lugar en esa localidad por el cierre del establecimiento ordenado por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska. En la marcha, que congregó a unas 300 personas, participó el exdirigente de ETA Eugenio Etxebeste, Antxon.