El Gobierno vasco demandó ayer a ETA que aclare si colocar bombas en Madrid y en Euskadi es su "contribución a la paz". La portavoz en funciones del Ejecutivo, Miren Azkarate (PNV), y portavoces de los tres partidos que lo conforman (PNV, EA y EB) coincidieron en exigir a la banda que "se retire", que abandone las armas y que no frustre la "esperanza" de paz.

Miren Azkarate no sólo subrayó la condena al último atentado etarra. También enfatizó mucho en que la "mayoría de la izquierda aberzale" rechaza el recurso a la violencia y exige el uso de vías políticas.

La portavoz acusó a ETA de "echar tierra y sal" sobre las espectativas de lograr un horizonte lleno de "paz y, sobre todo, de normalización política".

El portavoz parlamentario del PNV, Joseba Egibar, consideró que la insistencia de ETA en "hacerse presente" durante los últimos días, con la bomba en Madrid y con todas las que ha dirigido contra empresarios vascos, "entorpece" generar el marco de diálogo para afrontar el esperado final de la violencia.

La secretaria de la ejecutiva peneuvista, Josune Aristondo, advirtió que todas las actuaciones de ETA están "en las antípodas" de la propuesta política que Batasuna presentó el pasado noviembre para generar una dinámica de solución.

También EA señaló a los atentados como un claro "obstáculo" para avanzar en la senda de todas las soluciones que existen. El coordinador de Ezker Batua, Javier Madrazo, alertó de que un "proceso de diálogo" es "incompatible" con las bombas, y pidió a ETA y al PSOE que no "alimenten" la esperanza.