Más pasos. Esa fue la demanda generalizada que, con matices, dirigieron ayer la mayoría de las fuerzas políticas al colectivo de presos de ETA (EPPK) que el sábado asumió su "responsabilidad" en el "daño causado" por la actividad de la banda y anunció su intención de someterse a la legislación penitenciaria española y abrir la puerta a la reinserción individual. Un cambio de discurso que todos salvo el PP, UPD y las principales asociaciones de víctimas saludaron como un avance relevante, pero que se sigue considerando insuficiente para despejar el camino hacia una solución definitiva al problema del terrorismo. Harán falta más pasos.

Y así lo expuso ayer el Gobierno vasco, que, en aras de la prudencia, prefirió no reaccionar en caliente tras la difusión de la declaración del EPPK y se dio unas horas de margen para preparar su respuesta. Fue el portavoz del Ejecutivo de Vitoria, Josu Erkoreka, el encargado de darla a conocer. Tras subrayar que el cambio de discurso de los presos constituye un "avance" y un "dato positivo" y lamentar que la asunción de responsabilidad por el daño causado "es muy limitada y parcial", Erkoreka emplazó al colectivo a traducir sus palabras en hechos con "actuaciones concretas que doten de credibilidad a su compromiso". A su juicio, el anuncio del sábado "no puede quedarse en una declaración aislada" y debe convertirse en "el primero de una serie de pasos unilaterales" que ahora debe dar la banda terrorista, incluyendo el desarme y la disolución.

TOMAR NOTA El portavoz del Gobierno vasco lanzó también un mensaje al Ejecutivo de Mariano Rajoy, del que dijo que "tiene una buena oportunidad para tomar nota de lo que sucede" y hacer cambios en su política penitenciaria "en la medida en que se pueda constatar que lo comprometido por el colectivo de presos se traduce en hechos concretos".

Ni desde el Gobierno central ni desde el Ministerio del Interior se produjo ayer tampoco pronunciamiento oficial alguno en torno a la declaración de los presos. En este sentido, el Ejecutivo del PP siempre ha sostenido que no ha habido ni habrá negociación con los terroristas y que el único anuncio que cabe esperar de ETA es su disolución definitiva y la entrega de las armas. Una estrategia que, en opinión del secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzabal, es la que ha forzado al colectivo de presos a cambiar de discurso.

Lo que no parece que vaya a cambiar es el escenario de entendimiento y colaboración entre el PP y el PSOE a la hora de abordar la cuestión del terrorismo. Así lo dio a entender la portavoz de los socialistas vascos, Idoia Mendia, que avaló la postura del Gobierno de "esperar de manera prudente" hasta ver "qué pasos dan los presos" ahora. Y lo corroboró poco después el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien destacó que el mensaje del colectivo de reclusos tiene "una grave ausencia: la exigencia a la banda de que se disuelva".

En un extenso apunte en su página de Facebook, Rubalcaba, que desde el Ministerio del Interior dirigió la lucha antiterrorista entre el 2006 y el 2011, señaló que este es "un paso más, no el primero ni el último", en la hoja de ruta para el final de ETA, que "no ha escrito la banda --subrayó--, sino la democracia".

La cautela con que las principales fuerzas políticas españolas acogieron la declaración contrastó, de forma previsible, con el énfasis y la prosopopeya de la izquierda aberzale. El portavoz de Sortu Pernando Barrena aseguró que el comunicado de los presos es "una aportación de primer orden" que supone "un antes y un después para el cambio de la política penitenciaria y el fin de la dispersión" de reclusos de la banda terrorista. Paul Rios, coordinador de Lokarri, la entidad impulsora del Foro Social que emplazó a los presos a hacer público su cambio de estrategia, declaró que espera una respuesta "positiva" por parte de ETA.