El Gobierno apretó ayer los dientes para callar lo que pensaba sobre la última irrupción de Pasqual Maragall en el accidentado proceso del Estatuto catalán. Para evitar un enfrentamiento que desmovilizaría a los catalanes cara al referendo, la vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega pasó por alto las críticas del presidente de la Generalitat al pacto estatutario de José Luis Rodríguez Zapatero y Artur Mas (CiU), que el jueves calificó de "dudoso" y "un poco precipitado". De la Vega prefirió mirar al futuro y pronosticar que, pese a interferencias como la de Maragall, Cataluña refrendará el texto por una amplia mayoría.

El objetivo del Gobierno es cerrar cuanto antes la tramitación parlamentaria del Estatuto --una verdadera sangría electoral para el PSOE-- y coronar el proceso en Cataluña con un referendo en cuya campaña Zapatero se volcará en busca de un masivo en las urnas. Fuentes gubernamentales reconocían ayer que, al cuestionar el pacto PSOE-CiU, Maragall legitima las objeciones de ERC y puede disuadir a muchos catalanes de votar afirmativamente en el referendo. Una distorsión que el Ejecutivo pretende corregir, no con críticas al líder catalán sino mediante una encendida defensa del texto que saldrá del Congreso.

RESULTADO "MUY PRODUCTIVO" Ante la pretensión de Maragall de mejorar la definición de Cataluña como nación y otorgar a la Generalitat un papel dominante en el aeropuerto de El Prat, la portavoz del Gobierno se limitó a comentar: "No se puede pedir más, tras bastantes meses de reuniones, acuerdos, esfuerzos y de un trabajo serio que está dando un resultado muy productivo".

La vicepresidenta restó importancia al aplazamiento del acuerdo sobre el modelo de gestión de El Prat porque, aclaró, el Estatuto "no puede concretarlo todo". El proyecto, presumió De la Vega, "es bueno para Cataluña y para España", pues mejorará la vida de los ciudadanos y ampliará el autogobierno". Por eso vaticinó que los catalanes"votarán a favor" del texto cuando se celebre la consulta. Pero, en una clara advertencia a Maragall, también subrayó que el éxito del referendo exige que sus promotores expliquen "bien" el contenido del Estatuto.

MATICES Pero la réplica del Gobierno no hizo retroceder a Pasqual Maragall, que ayer reiteró sus críticas al pacto entre Zapatero y Mas, que se vienen repitiendo desde hace varias semanas. Pese a todo, Maragall introdujo ayer en sus declaraciones un matiz nada baladí al reconocer que el acuerdo sellado en la Moncloa el 21 de enero tiene elementos positivos. ¿Cuáles? Pues que "garantiza el compromiso de CiU en el escenario español, no sólo en el catalán".

El presidente catalán también quiso enviar un mensaje a Esquerra, instalada en el no . Por este motivo, apeló a los republicanos a "recuperar la unidad de todos los partidos catalanes en la votación final".