El Gobierno, en respuesta a una petición formulada por el senador de Entesa Catalana de Progrés Jaume Bosch (ICV), afirma que está dispuesto a estudiar propuestas con las que poner fin al actual uso del Valle de los Caídos "como instrumento para transmitir la ideología franquista". No obstante, aunque abierto a recoger iniciativas en ese sentido, el Ejecutivo se confiesa escéptico sobre los resultados. "Es difícil a estas alturas que, respetando la libertad de fe y creencias religiosas recogida en nuestro ordenamiento jurídico, se pueda evitar que en este espacio los seguidores del régimen franquista visiten ceremonialmente a quien consideran su referente moral o político", expone la Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes.

La puerta, sin embargo, ha quedado entreabierta. En su respuesta por escrito, el Gobierno recuerda al senador de ICV que el pasado septiembre se constituyó una comisión interministerial que tiene como objetivo analizar el caso de las víctimas de la guerra civil y del franquismo, y en ella tendría cabida --añade el Ejecutivo-- una "sugerencia" como la de revisar el uso actual del Valle de los Caídos.

ANTES DEL DIA 20 Bosch explicó ayer que, a la vista de esa invitación, ICV ha decidido crear un grupo de trabajo integrado por historiadores, juristas y expresos políticos del franquismo que, antes de la celebración del próximo 20-N, cuando el Valle de los Caídos recibe la visita de cientos de nostálgicos del anterior régimen, harán pública una propuesta que será trasladada a la comisión interministerial.

El senador, con todo, reconoce que el Gobierno afronta la decisión, ya de entrada, con cierto escepticismo. "Sobre todo hay que ser realista", adelanta Bosch. Así, plantea que una primera medida absolutamente viable sería revisar el contenido de la página web de Patrimonio Nacional, titular del Valle de los Caídos, en la que se presenta el monumento funerario de un modo exageradamente aséptico.

PANELES INFORMATIVOS Una segunda medida ineludible --según Bosch-- debería ser la instalación en el recinto de señales informativas que dejen claro a los visitantes cómo, por qué, por quién y con qué fin fue construido el Valle de los Caídos. El hecho de que fueran obligados a trabajar en él presos políticos del franquismo debería ser --añade el senador-- una información destacada en la visita.

La meta es, en último término, "que el Valle de los Caídos deje de ser un instrumento para hacer apología del régimen franquista y pase a ser un monumento de denuncia del golpe de Estado de 1936, de la guerra civil y de la dictadura posterior", concluye Bosch.