Felipe González habló ayer en l´Hospitalet de Llobregat (Barcelona) con la libertad y la desenvoltura que da el no estar en la primera fila de la escena política. En su intervención, acogida por los asistentes al mitin con el entusiasmo de sus mejores tiempos, el expresidente del Gobierno, además de elogiar la labor de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Ejecutivo, cargó con toda la contundencia de que es capaz contra Mariano Rajoy y José María Aznar.

El exlíder del PSOE dijo del candidato del PP que será recordado porque en sus ocho años como ministro de Aznar "congeló los sueldos de los funcionarios y el salario mínimo, eliminó becas y redujo efectivos de las fuerzas de seguridad". González comparó estas decisiones con la línea que ahora emplea: "Nos dice que es el garante de la seguridad y va a asegurar que la gente llega a final de mes".

En su discurso, González no esquivó un tema que está resultando incómodo para los socialistas: la creación del canon digital para proteger la propiedad intelectual. Ante las críticas del PP, que vincula el canon al apoyo que muchos artistas prestan a Zapatero, González dijo que Rajoy acusa a los actores de ser unos vagos, que se levantan tarde y que quieren vivir del canon: "Cualquiera de ellos, en un solo mes, trabaja más de lo que trabajó Rajoy en sus ocho años de ministro", proclamó el expresidente, quien, eso sí, propuso modificar el canon en 3 o 4 años.

ETA E IRAK Las críticas de González a Aznar llegaron por dos flancos distintos: ETA y la guerra de Irak. Así, recordó que Zapatero nunca se ha subido a una tribuna "con la bandera de España detrás para decir al movimiento de liberación vasco que le ofrece un diálogo sin condiciones", tal y como hizo Aznar.

González hizo una sorprendente incursión en el terreno religioso. Hizo hincapié en la contradicción entre el anterior papa, Juan Pablo II, y el actual, Benedicto XVI, sobre la existencia del infierno. Mientras el primero negó que existiera, el actual asegura "que el infierno sí existe y está lleno de gente": "Vamos a tener un lío con los creyentes, de manera que los que no crean en el infierno vivirán a pierna suelta y los que crean vivirán todo el tiempo acojonados y en un valle de lágrimas", afirmó.