Es probable que Mariano Rajoy fuera muy consciente de lo que estaba diciendo y dónde lo estaba diciendo cuando despreció las teorías sobre el calentamiento del planeta y sostuvo que no le cabía en la cabeza considerar el cambio climático como el "gran problema mundial": estaba en Palma y faltaban pocas horas para que Al Gore, el hombre galardonado con el Nobel de la Paz por hacer visible lo que él mismo califica como el mayor "desafío moral" de nuestros tiempos, pronunciara una conferencia en la isla. Puede que el dirigente popular estuviera provocando, pero no calculó que el Nobel de la Paz le iba a responder con tanta contundencia. Ayer, en Barcelona, un día después, Gore tachó de "inaceptable" la postura de Rajoy.

La otra posibilidad es que Rajoy olvidara dónde estaba y quién andaba cerca, y que simplemente metiera la pata. El caso es que el exvicepresidente estadounidense tuvo noticia de sus desafortunadas palabras y no se privó de obsequiarle con un par de --¿calculados?-- latigazos. El primero, minutos antes de la conferencia que pronunció a primera hora de la mañana en la capital catalana: "Es inaceptable", dijo, rodeado de unos pocos. Directo, sin ambages. ¿Solo en petit comité ? Para nada. Antes, frente al auditorio lleno del Palacio de Congresos, ya había deslizado lo poco presentables que le parecían las convicciones del jefe de la oposición.

NO ES PARTIDISTA "En España también hay bastantes escépticos, según tengo entendido", dijo. Iba por la parte de su discurso que tocaba el problema de los descreídos, los que defienden que aquí no pasa nada. Como Rajoy. Gore subrayó que el desafío que supone el calentamiento del planeta "no es una cuestión de política ni de ideología", que "no tiene nada que ver con ser liberal ni conservador, con estar en el Gobierno o en la oposición". "Es una cuestión de ética", sentenció. Más adelante, explicó que España es el país europeo más amenazado por el cambio climático y el que peores consecuencias padecerá en el futuro, y citó el aumento de las temperaturas, la desertización y las inundaciones de envergadura. Es decir, una de esas predicciones que a Rajoy no le caben en la cabeza. "¿Cómo puede decir alguien lo que pasará en el mundo de aquí a 300 años?", dijo la víspera, en Palma.

AMIGO DE AZNAR El exvicepresidente citó al final de su conferencia una frase de José Luis Rodríguez Zapatero, que expuso como ejemplo de compromiso con la causa. Y, tal vez para que no le acusaran de nada, añadió: "No tomo partido por nadie. Me considero amigo de Aznar".