Otra vez de noche y en esta ocasión en Guadalajara, una estatua más de Francisco Franco fue retirada de la vía pública la madrugada de ayer. Sin contar con la que aún se erige en la Academia Militar de Zaragoza, sólo queda en toda España una estatua dedicada al dictador, en Santander, después de que Madrid desmontara la suya la semana pasada en mitad de una agria polémica política. La decisión del Ayuntamiento de Guadalajara, gobernado en coalición por PSOE e IU, propició una airada protesta del PP.

GRUA Y CAMION La operación llevada a cabo con grúas y operarios en la ciudad castellanomanchega terminó no sólo con la efigie del dictador en la caja de un camión, sino que, ya de paso, retiró también la única escultura dedicada a José Antonio Primo de Rivera que permanecía en pie en España. Un día después de que en Madrid el Gobierno acabara con su monumento franquista, el alcalde de Guadalajara, Jesús Alique, anunció que en breve copiaría la iniciativa. De inmediato, el grupo municipal de IU solicitó que otro tanto se hiciera con la estatua del fundador de la Falange, pues según Jorge Badel, teniente de alcalde de esa fuerza política, por ser la única existente, se había convertido "en lugar de peregrinación de grupos ultraderechistas y de tendencia nazi, que la visitaban para hacerse la foto".

SATISFACCION La satisfacción de PSOE e IU por la operación contrastó, como sucedió en Madrid, con la respuesta del Partido Popular ante lo acontecido. A través de un comunicado, el grupo municipal conservador aseguró que muchos ciudadanos se habían puesto en contacto con los concejales del PP para que reclamen en el pleno que se revisen del nomenclátor de Guadalajara las calles dedicadas a los históricos dirigentes socialistas Pablo Iglesias y Julián Besteiro.

El PP, además, acusó a Alique de "cobarde" por haber programado la operación para unos días en los que ejerce de alcalde accidental un concejal de Izquierda Unida. Opinó --también a través del comunicado-- que la decisión de retirar las estatuas puede "reabrir viejas heridas", sobre todo en personas mayores, "especialmente vulnerables".

A la espera de que se decida el destino definitivo de las dos figuras retiradas ayer, éstas han sido almacenadas en el fuerte de San Francisco.