A buen hambre no hay pan duro, reza un refrán español, y los candidatos a alcanzar la poltrona el 22-M parecen tener mucha hambre, y cuanto más comensales haya, mejor. La última prueba, ayer. Extremadura era una romería por San Isidro y hasta algunas de estas citas festivas y gastronómicas se acercaron los cabezas de lista de los principales partidos para darse un atracón de votos. El candidato socialista, Guillermo Fernández Vara, no debió pasar hambre porque se dió una vuelta por las romerías de Miajadas y Villafranca de los Barros; mientras que Pedro Escobar, de IU, eligió Fuente de Cantos, donde pudo degustar gazpacho y productos ibéricos.

Sin embargo, la gula electoral empezó el primer día de campaña con una anécdota. El hambre debe ser tal que el PSOE se comió hasta las palabras. Sí, algunos de sus carteles electorales en Mérida aparecieron con el lema: "Podemos llegar tan lejos como", en lugar de: "Podemos llegar tan lejos como queramos", uno de sus ganchos electorales. Faltó poco para que Monago se mofara de este hecho, pero él tampoco se ha quedado con hambre. Empezó en la feria del jamón de Jerez y cuando termine la campaña habrá devorado una decena de comidas mítines, pasando además por la romería de Fregenal.

Todo esto es solo el aperitivo, porque lo que realmente quieren es comerse el postre, el que alguno saboreará a eso de las once de la noche del domingo. Llegados a este punto, hago mía una frase de Groucho Marx: "Yo solo me siento a la mesa de un político si paga él".