Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre, el paro ha aumentado en 621.000 personas, un 35% en un año. Y ello exige adaptar las políticas. Máxime cuando en agosto el paro registrado (no mide lo mismo que la EPA) subió en 103.000 personas.

Corbacho está inquieto. Y si crecemos al 1,8% y la tasa de paro aumenta --la de los españoles está en el 9,34% y la de los extranjeros, en el 16,46%-- no se debe recurrir a contratar en origen de igual forma a cuando crecíamos al 4% y el paro era inferior al 8%. La política de inmigración ha regularizado la inmigración que podía presentar un contrato de trabajo, ha luchado contra la inmigración ilegal (colaborando con los países emisores) y ha recurrido a la legal --a través de contrataciones en origen-- para los puestos de trabajo en los que había demanda empresarial insatisfecha, que se fijan en el Catálogo de ocupaciones de difícil cobertura. Si hay más parados, es razonable revisar el catálogo porque hay empleos que los nuevos parados --españoles y extranjeros-- pueden asumir.

En España, según el catálogo, no hay camareros, auxiliares de enfermería, dependientes, jardineros, taxistas... ¿No hay entre los nuevos parados de la construcción y los servicios inmobiliarios personas cualificadas para esas plazas? Hace dos años los hosteleros tronaban porque los constructores les robaban camareros. Les pagaban más y sin trabajar los festivos.

La idea de reducir los 180.000 inmigrantes que vinieron en el 2007 (no confundir con los temporeros agrícolas) es lógica y la gente lo entiende. En una encuesta de un programa televisivo de ayer, el 80% la aprobaba. Pero es verdad que ha habido mucho eco negativo en la prensa. ¿Por qué? Primero, porque Corbacho simplificó en exceso. Hay que distinguir reducir de suprimir, lo que además es imposible. Segundo, al simplificar, el ministro dio argumentos a los que dicen que los inmigrantes crean paro, cosa falsa. Lo que pasa es que, al subir el desempleo (más de extranjeros que de españoles), sería estúpido no revisar la necesidad de inmigrantes. Tercero, porque las oposiciones quieren cazar a Zapatero en su política de inmigración.

Además, el Gobierno no coge el toro por los cuernos. Debería explicar que gran parte de los parados de la construcción son inevitables y nunca volverán a trabajar en ese ramo. Y que es un paso hacia un nuevo modelo productivo que no se base en el ladrillo. Y que esos parados tienen que reconvertirse. No es automático ni agradable, pero la política social debe hacer que no sea dramático. Por otra parte, si antes los camareros se hacían paletas, la reversión no es el descenso a los infiernos. Y el ocio y el turismo son sectores de futuro.