Aminatu Haidar volvió a ponerse ayer al frente de la causa saharaui que, tras las graves acusaciones hechas a Marruecos por el asalto al campamento y la falta de pruebas de esos delitos, teme que la polémica por la actuación de Rabat se le pueda volver en contra.

La activista voló ayer de Las Palmas de Gran Canaria a El Aaiún sin problemas. La policía le dejó entrar y Haidar (escoltada, como desgraciadamente es habitual, por varios coches con agentes) pudo llegar a la ciudad, una ciudad que encontró "desolada" y "completamente vacía", según la abogada Inés Miranda.

La activista, reconocida internacionalmente con varios galardones, entre ellos el Premio Sajarov del Parlamento Europeo, logró colocar el conflicto saharaui en las portadas de la prensa española justo hace un año, cuando estuvo 32 días en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote, después de que las autoridades marroquís la expulsaran de El Aaiún por negarse a poner su nacionalidad como marroquí en la ficha del control policial, algo que ella ya había hecho en otras ocasiones. De hecho, ayer, la activista no tuvo problemas al pasar el control de pasaporte pese a que puso que tenía nacionalidad saharaui y escribió "Sáhara Occidental" en el apartado del país, explicó la agencia Efe.

Haidar tiene intención de visitar a los saharauis detenidos y heridos en el desmantelamiento del campamento de protesta saharaui de Gdaim Izik. En estos momentos, los informes de varias oenegés independientes cifran en 13 los muertos (11 agentes marroquís y dos civiles saharauis). El número de detenidos alcanza los 117, según la Asociación Saharaui de Víctimas de Violaciones Graves de los Derechos Humanos (ASVDH).

CRITICAS A FRANCIA Antes de salir en el avión que la trasladó de Canarias al Sáhara, la activista tuvo palabras muy críticas hacia Francia por haber vetado la investigación de la ONU en el seno del Consejo de Seguridad. Según dijo, Francia es realmente la potencia que "ocupa" el Sáhara Occidental y no Marruecos.

La intelectual saharaui dijo que está en contra del levantamiento de armas con el que el Frente Polisario está amenazando desde hace días. "Yo como activista de los derechos humanos estoy totalmente contra la guerra. No espero que haya una guerra entre los marroquís y los saharauis porque finalmente son los pueblos los que van a sufrir", declaró.

ZAPATERO NO COMPARECERA Mientras, en España el PNV echó una mano al PSOE y la Junta de Portavoces del Congreso rechazó la petición de ERC-IU-ICV y el Grupo Mixto (UPyD, BNG y Nafarroa Bai) para que José Luis Rodríguez Zapatero diera explicaciones en sesión plenaria sobre la reacción del Gobierno.

El asalto al campamento de protesta continúa cosechando el apoyo de los parlamentos autonómicos. Ayer fue el Parlamento de Castilla y León el que condenó "la constante violación de derechos humanos" por parte de Marruecos en una declaración institucional.