El acusado Saed El Harrak, supuesto miembro activo de la célula terrorista que perpetró el 11-M, reconoció hoy que conocía a Mohamed Oulad Akcha, uno de los suicidas de Leganés, y aseguró que no lo admitió antes "porque tenía miedo de que me llevaran a la cárcel". Así lo manifestó El Harrak, para quien la fiscal pide doce años de cárcel por integración en organización terrorista, en la quinta jornada del juicio que se sigue por los atentados de Madrid, donde explicó que, a pesar de que en su declaración ante el juez Juan del Olmo negó que conociera a Oulad Akcha, lo hizo porque tenía miedo y después de que le hubieran golpeado y amenazado. El Harrek se encuentra en libertad provisional debido a que en el auto de procesamiento dictado por Del Olmo el 11 de marzo de 2006 se fijó para el 16 de mayo de ese año la comparecencia sobre la prórroga de su prisión provisional, a pesar de que el acusado había sido detenido el 6 de mayo de 2004, por lo que su prisión debía prorrogarse antes de que se cumplieran los dos años desde esa fecha. La juez Teresa Palacios, que sustituía a Del Olmo cuando éste se dio de baja para ser operado de glaucoma del ojo izquierdo, advirtió el error el 10 de mayo, pero como el plazo ya había vencido sin que se hubiera solicitado la prórroga de la prisión tuvo que ordenar la libertad del procesado. El acusado, a quien la fiscal acusa de mantener un contacto telefónico muy intenso con varios de los terroristas que se suicidaron en el piso de Leganés -Abdennabi Kounjaa y los hermanos Rachid y Mohamed Oulad Akcha-, señaló hoy que al primero de ellos lo había conocido en las mezquitas y que tenía relación con él.Su teléfono fue encontrado entre los restos del piso La detención de El Harrak se produjo después de que su número de teléfono fuera encontrado entre los restos del piso de la calle de Carmen Martín Gaite de Leganés en el que murieron siete terroristas tras provocar ellos mismos una explosión. Explicó que dejaba a Kounjaa su teléfono móvil muchas veces para realizar llamadas, tratando de justificar así que tuviera registradas en su terminal llamadas tanto a Rachid como a Mohamed Oulad Akcha, y dijo que éste último sabía que Kounjaa y él tenían relación, por lo que, agregó, le llamaba "para preguntar por él". Relató además que el 7 de marzo de 2004 acudió con Kounjaa a la localidad toledana de Vargas porque quería comprar un coche, fecha en la que, recordó, también le dejó su móvil a Kounjaa para llamar a Mohamed. Tras ofrecer esta versión del tráfico de llamadas con varios de los suicidas de Leganés, el fiscal Carlos Bautista le preguntó a que se debía este cambio de opinión, a lo que El Harrak, que al igual que los acusados que han declarado hasta ahora condenó los atentados, respondió: "tuve miedo de que me llevaran a la cárcel y mi familia se quedara sola". Entre las pertenencias atribuidas a El Harrak, encontraron tres escritos -entregados a la Policía por una persona relacionada con la empresa de construcción en la que trabajaba el acusado- cuya autoría se atribuye a Kounjaa, ya que su firma aparece en una de las cuartillas y se han podido identificar cinco huellas suyas, y en las que había referencias "a la a la Yihad, al martirio por el camino de Dios, a los infieles, a los muyahidines", entre otras. El Harrak negó haber visto ese "documento" y que Kounjaa se lo entregara y dijo que de haberlo visto se hubiera deshecho de él porque hubiera sido "un peligro para mi" y, por tanto, lo hubiera "quemado", "tirado" o se lo hubiera dado a la familia de Kounjaa. Negó también tener algo que ver con los explosivos que aparecieron colocados en la vía del AVE Madrid-Sevilla en Mocejón (Toledo), localidad en la que vivió durante un tiempo, según contó.