Tras las elecciones autonómicas del 2007, Rajoy sacó pecho por su resultado en Madrid y Valencia (53% y 52% de los votos). Los éxitos de Aguirre, Gallardón, Camps y Barberá eran el trampolín que le llevaría a la Moncloa. No solo no fue así, sino que ahora Aguirre, Camps y Gallardón parecen haber perdido el juicio y le someten al calvario de una gran batalla campal. Justo cuando las encuestas empiezan a sonreírle.

Según El Mundo, en el acta del comité ejecutivo del PP valenciano del martes 13 no consta la dimisión de Ricardo Costa. Consecuencia: o Camps mintió a Rajoy o la dirección nacional del PP decidió ejecutar a Costa por las bravas. La trama Gürtel enfanga cada día más al PP valenciano y zarandea a Rajoy.

El despropósito es mayor en Madrid. Aguirre es intocable porque acumula la presidencia de la Comunidad y la del partido. Pero quiere más y aspira a colocar a un incondicional en Caja Madrid. Para aumentar su poder y humillar a Rajoy, al que no ha renunciado a suceder antes de las elecciones del 2012. Por eso ha osado ningunear a Rato, un hombre poco discutible (excepto la dimisión del FMI) y emblemático, de lo mejor del PP. Una barbaridad.

La cólera de Gallardón, expresada en una entrevista de su vicealcalde, Manuel Cobo, es otra barbaridad. La ropa sucia se lava en casa y es muy torpe afirmar que "lo que está haciendo la gente de Aguirre con Rato es de vómito". Traduce mucho nerviosismo porque Caja Madrid necesita ayudas y el Banco de España no puede dar dinero público a alguien con nula experiencia en el campo financiero como Ignacio González, el chuti que Aguirre quiere en Caja Madrid.

Pero lo peor de la entrevista es que está cegada por el odio cartaginés (con perdón de Cartago) entre las tribus populares. Aguirre es la derecha del Partido Popular. Y es prepotente y expeditiva. Pero utilizar una frase de Bertolt Brecht contra los nazis para describir lo que sucede en la comunidad (Ifema, Telemadrid) es brutal. Como asegurar que Aguirre montó una "gestapillo" para espiarle y chantajearle.

¿Creen Cobo y Gallardón (que le ha respaldado) que Aguirre es una criptonazi? Si así fuera, la única alternativa de un partido de derecha democrática sería la expulsión, lo que llevaría a la escisión y arruinaría la expectativa del 2012. Si Rajoy no sabe poner orden entre barones y baronesas, y si no zanja lo de Caja Madrid, no podrá pretender arreglar España. Demostrará ser peor que Zapatero. Y aquí no hay recurso que valga al Constitucional. Hay quien dice que la derecha española tiene un pecado original cavernícola y antiliberal. Exige mano dura. Y solo Franco y Aznar la supieron montar.