Ya ha pasado su primera noche en la Moncloa y ese acontecimiento le sirvió de nuevo para volver a marcar distancias con su antecesor. José Luis Rodríguez Zapatero, por la mañana, durante la solemne apertura de las Cortes, calificó de "muy digno" su nuevo hogar.

Terminado el acto, voló a León a cumplir otra de sus promesas electorales: dedicar a su ciudad el primer viaje oficial. En la nueva sede del ayuntamiento --gobernado por su "amigo querido, Paco Fernández", el primer socialista que gana en León en 24 años-- añadió sobre su nueva residencia: "He dormido bien. Es bastante confortable". La familia Zapatero se trasladó el miércoles a la Moncloa. Para esta etapa se han servido del mobiliario de Patrimonio Nacional, al que han aportado "algunos enseres" personales --la tele, el equipo de música, la ropa de casa-- y han dado una mano de pintura a las habitaciones.

Felicitaciones a gritos

"Sonsoles, bien", respondía ayer Zapatero a la multitud que se empeñaba en saludarle en la capital leonesa y le preguntaban por su esposa. El hoy presidente vivió en León 37 años, una capital de 150.000 habitantes. Miles de ellos se congregaron ayer para felicitarle a gritos durante el trayecto entre el ayuntamiento y el Nuevo Recreo Industrial, local donde leyó un fragmento de El Quijote .

Cientos de ellos eran conocidos directos, que aún no han asimilado que "José Luis es presidente" y se sorprendían al ser bloqueados por los miembros de seguridad de la Moncloa. "¡Que lo conozco de toda la vida!", pujaban. Y Zapatero, que hace poco más de un mes prometió en un mitin volver como presidente, se paró cuanto pudo, abrazó sin regatear y respondió como siempre: "¿Las niñas? Bueno, algo excitadas. Ya te puedes imaginar".

Al final, leyó unas líneas de El Quijote , en el que el hidalgo evoca lo que sería una república bien gobernada. Fue el eslógan electoral --merecemos una España mejor -- en versión Cervantes.