Natalia Caballero quería votar y ayer pudo hacerlo por primera vez. «No estoy nerviosa. Estoy contenta porque votar es un derecho que tienen los ciudadanos y yo hoy he podido votar como una ciudadana más», explicaba después de depositar sus papeletas en las urnas situadas en el pabellón Serrano Macayo de Cáceres. Sus padres, que acudieron a votar con ella, se referían al sinsentido de la restricción que había hasta ahora para las personas con una discapacidad intelectual. «A ninguno se nos pregunta si estamos capacitados para votar. Solo se cuestionaba a las personas como Natalia (tiene síndrome de Down) que tienen una incapacidad reconocida», apostillaba Carmen, su madre.

3.000 personas con discapacidad intelectual estaban llamadas a votar ayer en la región por primera vez. Otra de las que lo hizo es Yara Solís, emeritense de 40 años que acudió ayer a las urnas con nervios y mucha ilusión. «Estoy muy emocionada, me he alegrado mucho», declaró. Yara tiene un 65% de discapacidad intelectual y nunca había votado. Ayer «por fin» pudo hacerlo en el colegio electoral del centro de educación especial Emérita Augusta. «He ido tempranito porque tenía muchas ganas» afirmó Yara, que asegura que tenía muy claro a quién iba a votar: «aunque tengamos una discapacidad intelectual sabemos lo que nos gusta y lo que no y también tenemos derecho a opinar» señaló.

También Maribel Cáceres votó por primera vez ayer, con 33 años. y lo hizo en el colegio San José de Talavera la Real (Badajoz) a las 9.45 de la mañana. Su historia ha sido la de una luchadora. Hace tres años inició el proceso para conseguir un derecho que perdió cuando a los 18 años la incapacitaron y que ha recuperado tras conseguir cambiar su situación por una curatela, que a diferencia de la tutela tiene una finalidad de asistencia más que de representación. Ayer se sentía «nerviosa». Lo estaba desde la noche antes. «Es nuestra oportunidad para dar un paso más y que podamos participar en los partidos políticos y ser concejales», defendió.

Yolanda Gómez Serrano tiene 41 y una discapacidad intelectual ligera. Ayer ejerció el derecho a voto por primera vez en el colegio Puente Real de Badajoz, donde llegó acompañada de dos voluntarios de Aexpainba y la Fundación Magdaleja Moriche, Estefanía y Borja que se prestaron a ayudarla a dar este gran paso. Ayer, Yolanda se demostró a sí misma que podía hacerlo y que podrá volver a votar dentro de un mes.