El habitualmente flemático José Luis Rodríguez Zapatero, inmune a las permanentes críticas del PP, acusó el golpe. En la sesión de control al Gobierno del Congreso, el portavoz de IU-ICV, Joan Herrera, emplazó al jefe del Ejecutivo a rectificar tras la huelga del próximo día 29 y le recordó que así lo habían hecho los expresidentes Felipe González y José María Aznar al retirar sendas reformas del mercado laboral tras dos paros masivos.

"Llegó al poder encaramado en la movilización social y ahora debe escuchar a la mayoría social que está en contra de una reforma que es un trágala, además de injusta e inútil", dijo el ecosocialista para hurgar en la herida que más le duele a Zapatero, la de ser acusado de antisocial.

Visiblemente molesto, el presidente reprendió a Herrera por utilizar como referencia a González y Aznar --"viniendo de su boca, la cuestión tiene tela", dijo-- y, ya entrando en materia, dejó claro que no piensa seguir los pasos de ambos expresidentes, aunque lo hizo con la alambicada sintaxis que le caracteriza, como si le diera miedo dar una imagen de inflexibilidad comparable a la de su inmediato predecesor en la Moncloa.

"Los sindicatos tienen que defender los intereses que representan, pero el Gobierno debe defender el interés general. Desde esta perspectiva sí voy a mantener las decisiones políticas fundamentales con la máxima capacidad de diálogo", soltó Rodríguez Zapatero, tras recordar que la reforma del mercado laboral ha sido aprobada por el Parlamento, el depositario de "la mayoría democrática".

13 LEYES SIN DEBATE Ayer debía de ser el día de los expresidentes, porque la portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, también echó mano de Aznar y Felipe González para reprocharle a la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, que el Gobierno haya impedido el debate en el Congreso de 13 leyes propuestas por su partido, algo, destacó, a lo que ninguno de los dos mandatarios anteriores se había atrevido.