Al leer el libro, se escucha la voz de los entrevistados". Así resumía Joaquín Leguina, expresidente socialista de la Comunidad de Madrid y escritor, la sensación que le ha producido leer La memoria recuperada (Aguilar), que publica María Antonia Iglesias. La periodista ha logrado que Felipe González, Alfonso Guerra, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Carlos Solchaga, Narcís Serra, José Barrionuevo, el propio Leguina, y así hasta 19 protagonistas, desvelen opiniones y situaciones hasta ahora inéditas de los 13 años largos de gestión socialista. "Ellos han sido honestos hasta la extenuación para recuperar la memoria de una etapa decisiva", sostiene la autora en su introducción. Admite que sorteó con éxito el "alto riesgo" de que los entrevistados "se blindaran para defenderse". Unos y otros apuntan sus logros, señala la periodista, "con inapelables argumentos", pero también asumen "los errores y los horrores con palabras de extrema desnudez". El historiador Javier Tusell advierte en el prólogo de que la obra puede reverdecer polémicas encallecidas en el recuerdo, pero augura que ayudará a que concluya la situación de "uso y abuso" de ese periodo.

RODRIGUEZ IBARRA

"La región necesitaba tener su propia voz"

Juan Carlos Rodríguez Ibarra es uno de esos 17 líderes socialistas que se han sincerado sobre sus errores y los de su partido. Algo que al presidente extremeño le ha costado más de un disgusto. Del líder del PSOE en Extremadura, la autora del libro señala que es una de las personas más llanas y sencillas "con mando en plaza". De Ibarra dice que es la desesperación del Partido Popular en una comunidad como la extremeña, de la que recuerda "con vergüenza y pena" aquella época en la que no existía, o existía para unos pocos para ir de caza.

Iglesias cataloga a Ibarra como un socialista sin miedo , capaz de "cantar las cuarenta" a Felipe y discutir las tesis de Alfonso Guerra, a quien el líder extremeño responsabiliza de haber llegado a la política. "Yo entré en política para ir en contra de la dictadura". El mandatario regional inicia su periplo narrativo en una noche en el barrio de Cerro de Reyes. La misma noche en la que los españoles optaron por la España del cambio, la de González y Guerra, dos personas que "pensaban de distinta forma, pero que había una amistad en torno a unas ideas muy profundas".

Sin embargo del tándem salió dos formas muy distintas de ver la política, según Rodríguez Ibarra, a pesar del respaldo mayoritario en las urnas. "Yo creo que Felipe se asustó" lo que llevó al Gobierno a hacer una política socialdemócrata con un discurso liberal. "Era un Gobierno para no asustar" y eso explica la aparición de nombres como Lluch, Boyer o Solchaga, con quien el presidente extremeño tuvo numerosos enfrentamientos.

"Era un hombre que tomaba decisiones para demostrar que mandaba" y al que González había dado mucho poder. Del exministro, Ibarra criticaba su idea insolidaria del modelo de desarrollo de España. Su primer cara a cara serio lo motivó Valdecaballeros, en el que el mandatario extremeño terminó la reunión de forma contundente: "¡Que te vayas a tomar por culo!".

El poder de muchos de estos ministros es lo que, para Ibarra, acabó distanciando a Felipe y Alfonso. Esa situación y aquella mítica frase de Guerra en la que aseveró: "Yo cocino los platos y Felipe los sirve". Era el principio del fin, de luchas en el partido.

Respecto de Extremadura, el dirigente autonómico reconoce que Extremadura "era una región que no tenía conciencia de autonomía" y en la que un Gobierno socialista tuvo que hacer frente a los únicos poderes que había, "los terratenientes, las cajas de ahorro y las compañías eléctricas". Ibarra recuerda que tras su llegada al poder se encontró una región desigual, con más de un millón de emigrantes y en la que era necesario realizar una reforma agraria.

Fueron años de expropiaciones y de los que algunos compañeros del PSOE --como Solchaga, Boyer o Almunia-- tildaron como "socialismo de Puerto Hurraco", un concepto arcaico de gestión política. A pesar de ello, Ibarra destaca el impulso y la apuesta que Felipe hizo por Extremadura con dos claves estratégicas: realizar la Autovía de Extremadura y apostar por la industria en una región sin industria. De ahí, a 20 años de esfuerzos hasta llegar a la Extremadura que hoy defiende en el marco de la Sociedad de la Información, del Linex y con un destacado crecimiento económico. "Yo creo que Extremadura será otra región. Y creo que lo que ha ocurrido en Extremadura es que la gente necesitaba tener una voz".

FELIPE GONZALEZ

"Con la OTAN metí al país en una turbina"

La voz de Felipe González apunta pesadumbre cuando reconoce que la corrupción le quebró el