Otro año más, el aniversario de la peor matanza de ETA volvió a enfangarse en el lozadal de la política. El homenaje a las 21 víctimas mortales, todas civiles, del atentado de Hipercor en Barcelona puso de manifiesto de nuevo la división entre las víctimas del terrorismo, en esta ocasión por la presencia de Vox en el acto celebrado en el monumento de recuerdo a los asesinados.

Miembros de la Associació Catalana de Víctimes d’Organitzacions Terroristes (ACVOT) solicitaron al presidente de la entidad que impidiese a la formación ultraderechista participar en el homenaje y exigieron a su presidente, José Vargas, que «desvincule a la asociación de cualquier partido político».

40 afiliados al colectivo firmaron un manifiesto en el que expresaban su indignación por el hecho de que «un partido con actitudes xenófobas, que dificulta la convivencia», se hubiese sumado a los actos de recuerdo de la masacre de hace 32 años. Además, el partido ultra incluyó los logotipos de la ACVOT en las invitaciones que envió a sus militantes para que acudiesen al acto.

«Encontramos inadmisible que una asociación como la ACVOT permita que cualquier partido político, y en especial Vox, se postule a su lado representando al conjunto de víctimas para que sus representantes puedan arañar cuatro votos mientras apelan al dolor de las víctimas», denunciaba el texto, firmado, entre otros, por Robert Manrique, víctima del atentado de Hipercor y fundador de la asociación, y por Rosa Lluch, la hija del exministro socialista Ernest Lluch, asesinado por ETA en Barcelona en el 2000.

Por su parte, la dirección de la ACVOT explicó que invitó a todos los partidos políticos e instituciones, y que la entidad es «absolutamente ajena» al hecho de que Vox haya remitido la invitación a sus afiliados con los dos logotipos de la asociación. «Nos habría gustado que los otros partidos también hubieran decidido convocar a sus afiliados para recordar las víctimas», respondió la organización en un comunicado, que también criticaba la «falsa polémica» y la «manipulación» que se hacía del acto.

Vargas dijo desconocer el uso que Vox había hecho del logotipo de la ACVOT, sin permiso, y reclamó que se retirara la invitación, a pesar de que ya se había distribuido. En cualquier caso, defendió que la entidad mantendrá su «transversalidad e independencia ideológica».