El paso de las 19 banderas de los países de la comunidad iberoamericana --sólo faltó Cuba-- y el desfile, en uniforme árido del desierto, del batallón de la Brigada Aerotransportable Galicia que perdió a 12 soldados en Afganistán, convocaron el homenaje y el aplauso unánime de las autoridades y de los ciudadanos asistentes a la parada militar de ayer en el paseo de la Castellana de Madrid con motivo de la Fiesta Nacional.

Los actos castrenses se iniciaron con la llegada de la familia real a la plaza de Colón a las 10.30 de la mañana. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el ministro de Defensa, José Bono; el alcalde madrileño, Alberto Ruiz-Gallardón y la presidenta autonó- mica, Esperanza Aguirre, recibieron a los Reyes en la plaza. Tras el himno nacional, el Rey, acompañado del Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Félix Sanz, pasó revista a la compañía de honores. Después, con la familia real, saludó a los presidentes autonómicos y a representantes de las altas instituciones. El homenaje a los que dieron su vida por España contó con la presencia de familiares de los 17 militares fallecidos en el accidente de helicóptero en Afganistán.

La sargento Susana Pérez, viuda del fallecido Alfredo Francisco Jodar, fue la primera en recibir el caluroso saludo del Rey. La oración, el canto de la muerte no es final , el paso de los aviones de la Patrulla Aguila que tiznaron el cielo con humo de colores rojo y gualda, y las salvas de fusilería completaron el homenaje.

El Rey, Zapatero y Bono regresaron a la tribuna principal y dio comienzo el desfile. Juan Carlos estuvo flanqueado por los presidentes de Chile, Ricardo Lagos, y de Honduras, Ricardo Madero. En la tribuna de autoridades autonómicas, Pasqual Maragall ocupó el centro de la primera línea y departió con Esperanza Aguirre y Ruiz-Gallardón.

El paso de los cuatro cazas Eurofigther suscitó una atención especial del embajador de EEUU, Eduardo Aguirre, quien se puso en pie para contemplarlos. Tras el desfile aéreo, en el que participaron 94 aviones, dirigidos por el coronel Fernando Lens, la estrella de la parada mecanizada terrestre fue la unidad mixta de artillería con los misiles Patriot (antimisiles) recientemente adquiridos y que se desplegarán en San Fernando (Cádiz). También los tres primeros carros de combate Leopard fabricados en España y los "trajes invisibles" que difuminan los cuerpos de los combatientes ante los sistemas infrarrojos de visión nocturna suscitaron gran interés.

Las unidades de a pie más aplaudidas fueron el batallón recién regresado de Afganistán y, como siempre, la Legión, con su cabrito y su carnero, y la Guardia Civil, con la que marchó al frente un oficial de la Gendarmería francesa.