El 70 aniversario del bombardeo de Gernika por la aviación alemana al servicio del general Franco se convirtió hoy en un recuerdo a todas las víctimas de las guerras y en una apuesta "incondicional" por las vías "dialogadas" para lograr la paz tanto en el País Vasco como en "cada rincón del mundo".

Así se puso de manifiesto en la declaración "Gernika por la Paz" hecha pública hoy por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, quien fue el encargado de leer, en euskera y castellano, este manifiesto en la Casa de Juntas de la Villa Foral en el acto central con motivo de esta conmemoración celebrado este mediodía.

La citada declaración recuerda que "el proyecto ético por la paz tiene implicaciones muy claras: necesita un compromiso incondicional con las vías dialogadas y diplomáticas" e implica "respeto a la diferencia y aceptación muta".

Además, asegura que cuando han pasado 70 años del bombardeo de Gernika, "la sublimación ética de la paz significa necesariamente mirar a lo concreto, comprometerse con la paz en Euskadi y en cada rincón del mundo". "Aquel acontecimiento es un espejo en el que hoy se retratan los bombardeos de injusticias que lo recorren y nos permite ejercitar la empatía con las 30 guerras abiertas, todavía hoy, en nuestro planeta", continúa el manifiesto, que finaliza diciendo que mientras exista una sola de ellas, el ser humano "seguirá teniendo una asignatura pendiente".

Ibarretxe dio lectura a estas líneas ante una Casa de Juntas copada por miembros de su Ejecutivo, así como por representantes institucionales, delegaciones municipales de otras ciudades bombardeadas en la II Guerra Mundial y supervivientes de lo sucedido la tarde del 26 de abril de 1937 Gernika.

En la mesa presidencial acompañaron al Lehendakari el alcalde de Gernika, Miguel Angel Aranaz, quien como anfitrión dio las gracias a todos los presentes por acudir a esta cita y tuvo un recuerdo para las víctimas de toda violencia y en especial para el alcalde de Nagasaki, quien días antes de su asesinato había comprometido, según dijo, su adhesión al manifiesto leído hoy.

El diálogo, única forma para poner fin a la violencia

Tras guardar un minuto de silencio por las víctimas, se dio paso al visionado de un vídeo con imágenes de bombardeos sobre poblaciones civiles, desde Gernika a la bomba atómica. Tras ello, el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, tomó la palabra para reivindicar el diálogo como "única forma" para "poner fin a la espiral de la violencia".

Además aprovechó la ocasión para pedir al Gobierno español que "continúe a pesar de todo buscando los caminos de la paz" a través del diálogo, y pidió a ETA que abandone la violencia. Esquivel, galardonado en esta ocasión con el premio internacional "Gernika por la paz y la reconciliación", destacó asimismo la "capacidad de resistencia del pueblo vasco" y la importancia de hacer memoria para "construir" el futuro.

El momento más emotivo del acto lo protagonizó Luis Iriondo, un superviviente del bombardeo de la Villa, quien recordó que Gernika ha sufrido dos infamias y una injusticia en su historia. Así, relató ante los presentes cómo el bombardeo supuso un "acto de terrorismo" contra la población civil, ya que según explicó se redujo a cenizas una localidad dejando intactos objetivos militares, y explicó que durante años los franquistas negaron que fueran ellos los que ordenaron esa acción e insistían en que habían sido "los rojos separatistas" los que en su huida habían pegado fuego a la localidad.