Juan José Ibarretxe se retira, por ahora, del liderazgo a favor de la consulta soberanista. Un año después de haber puesto sobre la mesa una hoja de ruta que azuzó la división interna entre los suyos y forzó el abandono de Josu Jon Imaz de la presidencia del PNV, el lendakari delegó ayer en su partido la defensa en Europa de la consulta declarada ilegal, y lo hizo acusando al Tribunal Constitucional de "amenazar" la democracia al anteponer la razón política a la jurídica.

Con la consigna "Acatamos, pero no nos resignamos", Ibarretxe compareció en Ajuria Enea arropado por su Gobierno para dar solemnidad a una denuncia que, en la práctica, supone el fracaso de su iniciativa.

Porque más allá de las durísimas descalificaciones hacia la "injusta" resolución adoptada el jueves por el TC contra la consulta prevista para el 25 de octubre, el lendakari se ve ahora obligado a cerrar etapa. "Es la sociedad vasca, con el liderazgo de los partidos políticos, la que debe tomar el protagonismo", dijo ayer.

Y es que, a pesar de que el Ejecutivo de Vitoria decidió ayer confirmar que se reserva la adopción de iniciativas "legales, sociales y políticas" en la defensa del derecho a decidir, lo cierto es que no puede ser parte en las demandas contra España en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, de Estrasburgo.

SIN DENUNCIA DEL JEFE El lendakari ni siquiera podrá cumplir el anuncio con el que reabrió el curso político el pasado día 1, cuando aseguró que, si la consulta quedaba prohibida, él, a título personal y para dar ejemplo a los ciudadanos, firmaría el día 16 una demanda contra España por la vulneración de cinco artículos del Convenio Europeo de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales, suscrito por el Estado español.

Los partidos que apoyan la consulta han decidido analizar la resolución del Tribunal Constitucional en sus ejecutivas del próximo lunes. Será probablemente el viernes cuando presenten el texto del manifiesto mediante el que los ciudadanos podrán adherirse a la demanda en Estrasburgo. Esta no se presentará, "en ningún caso", antes del 25 de octubre, según apuntaron fuentes del tripartido.

Este nuevo ritmo hace posponer hasta el día 23 el acto en el que Ibarretxe y sus consejeros firmarán la denuncia.

El presidente del partido, Iñigo Urkullu, ha evitado cualquier alusión pública a la consulta durante los últimos días. De hecho, el PNV no emitió ayer opinión alguna sobre la importante decisión del Constitucional.

Sin embargo, la dirección peneuvista difundió un comunicado oficial para celebrar que "Europa haya reconocido la legalidad" del autogobierno económico del País Vasco y aprobado la actuación de sus instituciones. La nota añadió que ahora "solo falta" que Zapatero y su gobierno actúen "en consecuencia".

El texto del PNV no mencionó, ni de refilón, la sentencia del TC. Sin embargo, Ibarretxe relacionó ambas resoluciones para resaltar que, mientras la justicia española comete un "atropello democrático", un tribunal "europeo" defiende la capacidad vasca "atacada" por España.

PRUDENCIA CALCULADA Esta dureza del Gobierno vasco hizo más elocuente el silencio peneuvista. Una prudencia calculada para evitar nuevas tensiones internas sobre una iniciativa como la consulta con detractores en las filas peneuvistas, pero de la que la ejecutiva no ha renegado nunca. Urkullu quiere preservar la unidad del partido por encima de todo.

En estas circunstancias, el PNV se dispone a desarrollar con discreción y sin estridencias la defensa de la consulta en Europa mientras que el PSE reclamó una "rectificación" total.