España teme a Euskadi como China teme al Tíbet. Es lo que dijo ayer Juan José Ibarretxe cuando recibió en Vitoria al representante del Tíbet en Barcelona, Thubtem Wangchen. El lendakari consideró "increíble" que pueblos tan grandes tengan "tanto miedo" de los pequeños.

Completó la reflexión diciendo que él "respeta" a España tanto como el dalái lama respeta a China y por eso quiere que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero "respete" la personalidad del pueblo vasco para avanzar. Ibarretxe valoró el positivo ejemplo que los tibetanos dan al mundo defendiendo sus derechos sin violencia y aconsejó a ETA y a la izquierda aberzale que "aprendan" esa lección.

TIEMPO PERDIDO La otra gran enseñanza del Tíbet a los vascos se centra, según el lendakari, en la "necesidad del diálogo y la negociación" para resolver los problemas. Ibarretxe aprovechó para recordar que mantiene su "mano tendida" al presidente del Gobierno español para "negociar juntos" y buscar soluciones al problema vasco. Y reprochó a Zapatero que aún no haya puesto fecha a la cita que tienen pendiente y subrayó que cada día que pasa "es un día que se pierde" para el acuerdo.

Por otra parte, Juan Maria Atutxa (PNV), Kontxi Bilbao (EB) y Gorka Knörr (EA) recurrirán al Tribunal Constitucional la sentencia del Supremo que les ha condenado por desobediencia.

Además, pedirán la nulidad de la sentencia por falta de imparcialidad. Y es que el juez que actuó de ponente de la misma, Manuel Marchena Gómez, fue la mano derecha de Jesús Cardenal cuando este, desde la Fiscalía General del Estado, dirigió el proceso contra los miembros de la mesa del Parlamento vasco por no disolver el grupo de Batasuna.

Atutxa y Bilbao reiteraron que no son "ni delincuentes ni desobedientes". El expresidente de la Cámara vasca confió en la absolución final y dijo que el tiempo pone a "todos en su sitio, incluso a los miserables".