No es lo mismo proteger a las personas del terrorismo que resolver el "conflicto" vasco. Juan José Ibarretxe explicitó ayer ante José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa que la Ertzaintza se implicará "al máximo" en defender la libertad y la vida de los ciudadanos tras la ruptura de la tregua de ETA, pero advirtió que en la política antiterrorista "no vale todo". El lendakari desempolvó todas las reivindicaciones del nacionalismo vasco y exigió al presidente gestos de distensión con Batasuna y ETA. "Queda claro en qué condiciones estamos dispuestos a acompañar al Gobierno", dijo.

Y se recreó en los detalles. La aplicación de la ley de partidos, la dispersión de presos etarras y la "exclusión" de los nacionalistas en el pacto antiterrorista del 2000 son "recetas de la etapa del PP" que "alejan la paz y la normalización política". "No avanzaremos por ese camino", aseveró. A su juicio, la ruptura de la tregua por parte de ETA --tras un intento "honesto" de diálogo de Zapatero, que pese a fracasar "ha merecido la pena"-- no puede suponer la paralización de las negociaciones políticas entre los partidos para fijar los términos de "la relación amable" que Euskadi desea tener con España.

EL APOYO Pese a la contundencia de sus reivindicaciones, el Gobierno no percibió que el lendakari condicionara su apoyo a Zapatero. Fuentes próximas al presidente transmitieron que "las diferencias políticas" entre los jefes de los gobiernos de Vitoria y Madrid no dificultan "la cooperación firme frente a ETA". Según estas fuentes, ambos coincidieron en ofrecer una respuesta contundente a la amenaza de ETA porque "la sociedad no puede quedar inerme".

Desde el Ejecutivo se señala como ejemplo de esa cooperación las dos reuniones entre el ministro del Interior y el consejero vasco antes y después de la ruptura de la tregua. En el comunicado con el que ETA ponía fecha a la vuelta al terror, apuntaba a los cargos del PNV como objetivos de su violencia, como respuesta al apoyo de los nacionalistas vascos al Gobierno durante el proceso de paz.

Respecto a las exigencias de Ibarretxe, la Moncloa interpreta que son simplemente una exposición de los objetivos de su programa de Gobierno, y reitera que Zapatero ni dejará de aplicar la ley de partidos a Batasuna ni acercará presos de ETA a las cárceles del País Vasco en este momento. "El camino actual es la aplicación del Estado de derecho", recuerdan esas fuentes para decir que la contundencia policial y judicial contra ETA y su entorno son las máximas con las que trabaja el Gobierno.

El lendakari, en cambio, cree que la vuelta a la violencia no puede servir como excusa para dejar en suspenso las aspiraciones que a su juicio tiene el pueblo vasco. "Ahora más que nunca necesitamos la política y lograr acuerdos políticos", reivindicó ayer en la Moncloa, porque no hacerlo sería como "decir a ETA que la gestión de los tiempos políticos está en sus manos".

Incómodo por el empeño de los periodistas en averiguar a qué acuerdos se refería, Ibarretxe recordó que su pueblo reclama "derechos históricos desde 1839" y que incluso hoy suponen "la verdadera Constitución" para los vascos. Incluso recordó el rechazo del Congreso al plan Ibarretxe .

CRITICAS DE AZNAR Desde México, el expresidente José María Aznar se saltó la doctrina de Mariano Rajoy y recuperó las críticas al Gobierno por su política antiterrorista. Aznar opinó que la toma de posesión de los concejales de ANV es incompatible con la derrota de ETA, porque es "imposible" combatir a los terroristas "si se les tiene recibiendo dinero de los propios ciudadanos".