-Ha sido el congreso de su consolidación como primer secretario. ¿También el de su consolidación como alternativa de gobierno?

-Ese es el objetivo pero lo decidirán los ciudadanos. Ahora que hemos arreglado el PSC, nos toca arreglar Cataluña. Ese es el resumen de este congreso.

-Propone lidera una amplia coalición. ¿Con quién?

-No hablo de partidos sino de espacios políticos. Querríamos una amplia coalición con gente de centro y centroizquierda, autonomistas y federalistas, gente que esté a favor de las reformas para colaborar. No creemos que de las elecciones salga una mayoría absoluta socialista y tendemos la mano a los que creen que Cataluña tiene que cambiar de rumbo.

-¿Habrá otro tripartito en Cataluña antes del próximo congreso ordinario del PSC?

-Nosotros no haremos un presidente independentista. Tras los años que hemos pasado desde el 2012 al 2019 hay que acertar mucho con las prioridades. Pueden hacerse muchas colaboraciones. Pero encabezar la Generalitat es el objetivo que perseguimos. No estamos pensando en segundas derivadas.

-A Inés Arrimadas no le sirvió de nada ganar las elecciones. Para gobernar parece que tendría que ser junto a ERC. ¿Estaría dispuesto?

-Si ellos aceptan hacerme presidente... Falta bastante.

-¿Puede abrir la investidura de Sánchez un nuevo ciclo de relación con los republicanos en el Parlament?

-Yo creo que la investidura abrirá un nuevo ciclo político en toda España. Sobre todo, y lo más importante, abrirá una perspectiva de diálogo que es imprescindible si queremos salir del callejón sin salida en el que nos ha metido el independentismo y a veces la derecha española incapaz de negociar. Que el gobierno de España tenga una voluntad sincera es imprescindible y por eso insistimos mucho en desbloquear la investidura de Pedro Sánchez.

-Ábalos ha dicho que quizás esta sea la última oportunidad del diálogo. ¿Cree que ERC la -aprovechará?

-No me gusta en negociaciones parecer que presionas a quien quieres convencer, pero es obvio que si ahora no hay este gobierno nos podemos encontrar con un bloqueo o unas elecciones y la posibilidad que la derecha consiga gobernar. Hay dos cosas en juego: un gobierno progresista y un gobierno dialogante. No nos podemos podemos permitir el lujo de por segunda vez malbaratar esta oportunidad.

-El tema estrella del congreso ha sido la inmersión. ¿Ha valido la pena abrir el melón?

-Mucho. Requiere una reflexión que es la que hemos hecho. Porque hay gente que piensa que no hay margen de mejora y que vivimos prácticamente en el paraíso. Gracias al debate que se ha producido tenemos una resolución de cuatro folios en lugar de cuatro párrafos. Nos ha permitido ir muy a fondo con el tema para explicar qué y cómo lo queremos.

-¿Pueden pescar más votos del catalanismo moderado o de la frontera electoral con Cs?

-Nos gustaría captar votantes de todas partes. Los partidos en fase de crecimiento tienden a recibirlos de distintos entornos. Ya no hay la concepción de tener votos en propiedad: no es una compra, es un alquiler en todo caso. Nos dirigimos a la gente que piensa que no vamos bien y que hay que cambiar. Aquí habrá gente con una sensibilidad más catalanista o menos, más progresista o más de centro. El crecimiento electoral se puede alimentar de distintas fuentes.

-¿Agradece el espaldarazo de Carmen Calvo tras los ataques de Javier Lambán y Emiliano García Page?

-Sí, pero lo daba por descontado... Sé que el gobierno de España está comprometido con una determinada opción, con una determinada negociación, saben además que estamos al lado de Pedro Sánchez. No creo que vinieran al rescate si no para compartir las cosas en las que coincidimos. Con la dirección del PSOE de Pedro Sánchez la coincidiencia es prácticamente total.

-¿Qué pensó cuando Lambán le acusó de supremacismo?

-Que no hablaba de mí.

-¿Le preocupa que haya más barones del PSOE que intenten obstaculizar la alianza con Podemos con la abstención de ERC?

-Los partido son plurales y tienen que serlo. No son una iglesia. Por tanto es posible que haya sensibilidades distintas. Ahora, yo miro los gobiernos que han hecho y son muy plurales: en el de Aragón hay aragonesistas y Podemos; en el de Castilla-La Mancha también está Podemos. Cada uno encuentra sus alianzas. Si la dirección del PSOE ha dado mucha libertad y flexibilidad a los gobiernos lo lógico es que se acepte la capacidad de escoger de Sánchez para gobernar España.

-En España no hay experiencia de Gobiernos de coalición. ¿Qué consejo les daría con su experiencia del tripartito?

-Que lo prueben cuanto antes. El tiempo de las mayorías ha pasado y la estabilidad depende de la capacidad de tejer acuerdos muy amplios. Las coaliciones se pueden establecer si hay un acuerdo profundo de programa y los elementos suficientes de confianza mutua indispensables.

-Ha descartado ser ministro. ¿Quién le gustaría que representara al PSC en el consejo de ministros?

-Nos gustaría una presencia de ministros catalanes, que no fuera una cuota territorial sino por la capacidad de las personas de hacer un buen trabajo. Ya le he dicho a Sánchez 'pídenos lo que necesites e intentaremos darte buenas opciones'. Pero no le he dicho 'tengo que tener uno, dos o tres'. Y no tienen ni que ser militantes del PSC. Si necesita incorporar a alguien como independiente, estaremos encantados.

-¿El gran reto de la legislatura española será Cataluña, en general, y la salida de los presos, en particular?

-Se tiene que resolver el conflicto catalán que tiene muchas dimensiones. Hay cosas que tienen una solución estrictamente política y otras que tienen otras vías. Pero hay que tener en la cabeza el conjunto del problema y sus derivadas. Habrá otros problemas para este gobierno: económicos, cambio climático. Pero desde aquí nos gustaría que el futuro Gobierno contribuyera de forma muy activa a la superación del conflicto que nos tiene bloqueados.

-¿Se puede superar el conflicto en Cataluña mientras Oriol Junqueras y el resto de presos independentistas sigan en la cárcel?

-Usando la expresión que usó una vez Felipe González: no ayuda, es más difícil. Que las consecuencias de un conflicto político hayan llevado a estas consecuencias penales no ayuda. Pero si la justicia considera que ha habido delitos no podemos mirar a otro lado. Se tiene que intentar y tener en cuenta todos estos factores que evidentemente no benefician.

-¿Se tiene que intentar que salgan de prisión?

-Hay que intentar resolver el problema.

-¿Cómo debe de ser una mesa de diálogo para que no sea algo meramente decorativo?

-Que las dos partes quieran dialogar. Dialogar es entender la posición del otro. Encontrar las más próximas posibles para seguir dialogando y acordando. Más que el formato, me importa más la voluntad de las partes. La negociación que se está produciendo es lo que permitirá ver si hay la confianza mínima para empezar. Ante un problema muy grande no hay que buscar la solución global, definitiva y rápida. Hay que ir resolviendo problemas e ir generando la confianza suficiente para abordar los más grandes. El diálogo también es un 'procés', aunque no sé si es una expresión que esté muy quemada; es un camino para ir acercando posturas. Dialogar es un esfuerzo de empatía, ceder cosas que quizás ves imprescindibles pero que quizás son un punto de encuentro.

-El PSC lleva defendiendo que Cataluña es una nación desde su fundación en 1978. ¿Le extraña que algunos se sorprendan ahora? ¿A qué lo atribuye?

-Primero, parte de la derecha y extrema derecha considera que el artículo dos de la Constitución fue un error, porque incorporaba nacionalidades. Segundo, mucha gente quiere perjudicar el diálogo y creen que es una manera. Tercero, hay quien cree que defender la España plural puede perjudicar a la izquierda española y los usan para intentar erosionar. No me extraña. Es muy importante que en España se abra camino la idea que España es muy plural y diversa. Los que no creen mucho que España es diversa que se miren el escudo de España antes de ir a dormir y quizás entenderán un poco más de dónde viene la diversidad.