A Miguel Sebastián, el nuevo ideólogo de José Luis Rodríguez Zapatero, no siempre le ha entusiasmado la hipótesis de un triunfo electoral del PSOE. En vísperas de las elecciones generales de 1996, el hoy coordinador del programa electoral socialista publicó un estudio en el que sostenía que una victoria del líder del Partido Popular, José María Aznar, serviría para que mejorara la entonces maltrecha economía española.

Antes de que el líder del PSOE lo fichara --no sin resistencia interna-- como asesor independiente, este economista había desarrollado una exitosa carrera profesional. Como director general de InterMoney, una prestigiosa sociedad de valores dedicada a intermediar en bolsa y asesorar a los inversores que la contratan, Sebastián publicó en febrero de 1996 el informe Cambio político y mercados financieros. En él analizaba los efectos que para la economía española tendría "el cambio político que previsiblemente" iba a producirse en las elecciones de marzo.

PRONOSTICOS CUMPLIDOS

A la luz de los 56 cambios políticos --entendidos como alternancia de poder entre derecha e izquierda-- registrados en 12 países europeos durante las tres décadas anteriores, Sebastián concluyó: "El cambio político a la derecha se refleja en una disminución de los tipos (de interés) a largo (plazo) por revisión de las expectativas de inflación, como consecuencia de unas políticas monetarias y/o fiscales más rigurosas". El pronóstico de Miguel Sebastián se cumplió: los tipos de interés a largo plazo, superiores al 10% en 1995, cayeron dos puntos el año siguiente, y ahora se sitúan en el entorno del 4%.

En el artículo, firmado junto a los expertos Eva Rubio y Patrocinio Tello, Sebastián incluso vaticinaba que "el previsible cambio político a tener lugar en el primer trimestre de 1996" podría traducirse de forma automática, en los meses inmediatamente posteriores a las elecciones, en "una reducción de los tipos a largo (plazo), una mayor apreciación de la peseta y un impacto ambiguo, pero posiblemente positivo, sobre los tipos a corto". Tras las sucesivas devaluaciones registradas en los últimos años del Gobierno socialista, en 1996 la peseta se apreció notablemente, y se mantuvo sólida frente al resto de monedas europeas hasta la puesta en circulación del euro.

LA IZQUIERDA Y SUS EFECTOS

Para ejemplificar los nocivos efectos económicos de un cambio en el sentido opuesto --la victoria de un partido de izquierdas frente a la derecha gobernante--, el entonces director de InterMoney recordó que, tras la victoria electoral del socialista Felipe González en 1982, la peseta "se depreció frente al marco", al tiempo que se registraba "un aumento de los tipos a largo, posiblemente por las expectativas de inflación".

"Los cambios a la izquierda se traducen en subidas de los tipos a largo, depreciación de la moneda y expectativas de tipos a corto más laxos", sentenció Sebastián años antes de trabajar, precisamente, para que en el 2004 los socialistas sustituyan a la derecha al frente del Gobierno.

Consultado ayer por este diario, Sebastián se ratificó en los postulados contenidos en su estudio: "Sigo pensando exactamente lo mismo".

LOS MERCADOS, "DE DERECHAS"

El coordinador del programa del PSOE precisa, no obstante, que era un informe destinado a alertar a los inversores sobre la influencia que iba a tener el triunfo del PP sobre la economía. "Es obvio que el cambio a la derecha estimula los mercados financieros, porque todo el mundo sabe que son de derechas", sostiene Sebastián, quien ahora puntualiza que esa reactivación financiera no siempre redunda en beneficio de la economía de las familias.