La cúpula del episcopado emitió ayer el tradicional comunicado en el que se llama a votar en vísperas de unas elecciones legislativas, pero esta vez apunta que "es comprensible que algunos se sientan inclinados a abstenerse cuando comprueban que ningún partido ofrece el programa que desearían". Aunque no haya ofertas "plenamente conformes con el ideal evangélico, ni siquiera con el ideal racional de un orden social cabalmente justo", los obispos creen que "es necesario hacer un esfuerzo y optar por el bien posible".

Hace cuatro años, el comunicado recordaba que los comicios no sólo permiten ejercer un derecho civil y constitucional, "sino una obligación de la que sólo por razones graves puede sentirse uno dispensado". Los prelados eran entonces más condescendientes con los programas.

LO BUENO Y LO MALO La nota de la comisión permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) difundida ayer incrementa el número de cuestiones ante las que los cristianos han de estar atentos a la hora de depositar su sufragio. A la condena del aborto y la eutanasia se añade el rechazo a "la producción de embriones humanos y, en particular, su destinación premeditada a la investigación que los mata".

Para los obispos, identificar la clonación humana con un derecho civil "significa llamar bueno a lo que es malo y es situarse en abierta contradicción con el derecho fundamental a la vida".

El "apoyo claro y decidido a la familia" que la Iglesia católica exige a las formaciones políticas para otorgarles su confianza va acompañada esta vez de la demanda de "una legislación civil que no distorsione la verdadera identidad de la familia y del matrimonio", en alusión al reconocimiento de las parejas de hecho. Y aboga por la concesión de ayudas económicas a las amas de casa y más beneficios fiscales a las familias numerosas.

Como ya ocurriera en el comunicado del 17 de febrero del 2000, con ocasión de las legislativas que dieron la mayoría absoluta al PP, en el último punto se reclama que los católicos valoren las propuestas que condenen la violencia y el terrorismo.

En este capítulo, sin embargo, se añade una referencia a la búsqueda de fórmulas pacíficas "basadas en el respeto al derecho nacional e internacional" y se alude a la necesaria "promoción de la comprensión y de la solidaridad entre las culturas y los pueblos, especialmente entre los diversos pueblos de España".

Con motivo de la lectura del comunicado, el secretario general de la CEE, el sacerdote Juan Antonio Martínez Camino, al ser preguntado por el anuncio de una tregua a Cataluña por parte de ETA, se limitó a decir que "la única noticia que la Conferencia Episcopal espera de ETA es la que induzca a su rápida y plena desaparición", informa Efe.