P ablo Iglesias cerró ayer una semana histórica para Podemos con el anuncio de la celebración de la tercera Asamblea Ciudadana de la formación, el máximo órgano de decisión del partido, para revalidar su mandato como secretario general de la organización que fundó hace exactamente 6 años y para reconfigurar el proyecto morado ahora que han entrado en el Gobierno.

Tras la celebración de la segunda reunión del Consejo de Ministros bicolor y, pocas horas después de que la número dos del partido, Irene Montero, compareciera ante la prensa por primera vez desde la Moncloa como ministra de Igualdad, Iglesias aprovechó el tirón que le ha dado entrar en el Ejecutivo para reclamar a dirigentes estatales y territoriales, la puesta a punto de Podemos para reajustarse a esta nueva realidad.

Iglesias cerró así la puerta que, tanto él como Montero, abrieron en los últimos meses a que en este congreso -que no se celebrará en el Palacio de Vistalegre como ocurrió con los dos anteriores- se eligiera a una mujer para ocupar la secretaria general del partido. Así, pidió a la militancia que refrende su continuidad al frente de Podemos. En el momento de su posible reelección, el fin de semana del 21 y 22 de marzo, el jefe morado no alcanzaría el límite de 8 años (ampliable a 12) que permiten los estatutos del partido para ocupar la secretaría general.

CAMBIOS ORGÁNICOS / El vicepresidente segundo del Ejecutivo aprovechó la reunión de la cúpula morada para sacar pecho del acuerdo de coalición alcanzado con el PSOE. Explicó que el pacto programático firmado con los socialistas buscará «reparar todas las traiciones a España» de la derecha y la «construcción de nuevos derechos». Además, defendió la necesidad de que el Ejecutivo lleve a cabo una política de «diálogo» e «inteligencia política» para abordar el conflicto catalán y lanzó un nuevo aviso para frenar a una derecha que, dijo, está usando todo el poder que tiene a su disposición.

Para llevar a cabo el programa, Iglesias ha puesto a numerosos dirigentes de la formación en diversos puestos de la estructura del Gobierno, unos nombramiento que han obligado a reestructurar el partido. Así, tras nombrar a Pablo Echenique portavoz parlamentario en el Congreso, el jefe de Podemos anunció que la portavocía del partido quedará en manos del secretario de Relaciones con la Sociedad Civil, Rafael Mayoral, y de la secretaria de Internacional, Idoia Villanueva.

AGRUPACIONES DE BASE / Iglesias explicó que el motivo del adelanto del congreso se debía a la necesidad de «poner a punto» Podemos, con los «nuevos dispositivos organizativos» que exigen sus nuevas dedicaciones en el Gobierno, así como la de «ampliar la base del partido».

A este respecto, aseguró que «hace falta cuidar y poner los círculos --las agrupaciones de base de la formación- a punto» y, también, que «es más necesario que nunca» poner a Podemos a trabajar junto a las «fuerzas hermanas» con las que conforman Unidas Podemos, «para armar con los movimientos populares un bloque histórico de cambio».

Tanto Podemos como Izquierda Unida (IU), Catalunya en Comú y Galicia en Comú, aspiran desde que confluyeron en Unidas Podemos a construir ese «espacio del cambio», pero todavía, al menos por el momento, no se ha plantado una fusión orgánica como tal.

El ya nuevo portavoz del partido, Rafael Mayoral, explicó a los medios que «no es lo mismo ser una fuerza política que hacer oposición que una fuerza que es parte de un Gobierno». «En estos momentos es fundamental reajustar la organización y que se convierta en herramienta útil en este proceso, poner en marcha Podemos 3.0», enfatizó.