A menos de una semana de que se dé el pistoletazo de salida a la campaña de las elecciones generales del 28 de marzo, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, fijó ayer la que con toda probabilidad será uno de las constantes de la campaña: la apelación al votante socialista. En un descafeinado acto en Hospitalet, tanto Iglesias, con la boca pequeña, como la alcaldesa Ada Colau y el candidato de En Comú Podem, Jaume Asens, sin tantos complejos, pidieron el voto a los electores del PSC y, en menor medida, del independentismo.

A juicio del líder morado, la única «garantía» de que haya un gobierno de izquierdas tras los comicios es que Unidos Podemos y En Comú Podem en Cataluña obtengan un buen resultado en las urnas. El dirigente morado, que pidió hacer oídos sordos a las encuestas, acusó a los socialistas de no decir lo mismo en Cataluña que en Madrid y a los independentistas les reprochó que tapen «con la bandera las necesidades de la gente» y se dediquen a «generar titulares escandalosos».

Mucho más beligerantes fueron Colau y Jaume Asens. A juicio de la alcaldesa, a Pedro Sánchez «le han temblado las piernas» frente a las «élites» varias veces desde que accedió a la Moncloa, y puso como ejemplo el decreto del alquiler -en el que finalmente no se incluyó una limitación económica-, el bloqueo del Open Arms en el Puerto de Barcelona o la decisión por «cálculo electoral» de adelantar las elecciones tras no conseguir aprobar los Presupuestos.

«Estoy convencida de que dentro del PSOE hay muy buena gente, pero el PSOE ha estado gobernando mucho tiempo y hay un aparato que se ha plegado ante los de siempre, ante las élites, y cuando llegan los momentos importantes les tiemblan las piernas, Pedro Sánchez nos ha fallado en lo más importante», destacó la alcaldesa.

«No más presos políticos»

Asens, por su parte, abundó en estas ideas y avisó de que si Unidos Podemos no consigue un buen resultado en las urnas, Sánchez no dudará en «mirar a la derecha» y pactar con Ciudadanos. El candidato de En Comú Podem apeló a los «socialistas de corazón» y les pidió el «voto útil» para evitar la «gran coalición del Ibex» (PSOE-Ciudadanos). De igual modo, se dirigió a los electores de ERC, a los «republicanos de corazón, no a los de gesticulación retórica», porque, añadió, ser republicano significa «querer acabar con las listas de espera y bajar las tasas universitarias» y no «votar en contra de los «presupuestos más sociales».

Sobre el conflicto catalán, Iglesias aseguró que solo si su formación consigue formar parte del próximo gobierno se podrá afrontar, pero evitó mencionar la propuesta que figura en su programa de un referéndum pactado. «No queremos vivir en un país con presos políticos y no queremos que se conozca la democracia española porque haya presos políticos», dijo antes de censurar a aquellos que afirman que lo que ocurrió en Cataluña el 1-O fue peor que el 23-F: «No es lo mismo que un guardia civil armado entre dando tiros en el Congreso» que el «ejercicio de desobediencia civil» que, a su juicio, fue el referéndum independentista. «El conflicto en Cataluña no se va a solucionar por la fuerza ni con jueces, sino dialogando, dialogando y dialogando», subrayó.

El líder de Podemos volvió a cargar contra las «cloacas del Estado» y acusó a PP, Cs y PSOE de utilizar estas «noticias falsas» en su beneficio. «Quedan muchas cosas por explicar, por saber, por limpiar», dijo y recordó que el PSOE impidió que el comisario Villarejo compareciese en el Congreso.

«Cuando se fabrican noticias falsas para evitar que una opción de gobierno salga adelante se están poniendo en juego las bases de la democracia, es un escándalo», insistió el líder morado en un claro intento por diferenciarse del Partido Socialista.