Pablo Iglesias quiere consultar a las bases de Podemos cuál debe ser la posición de su partido si no fructifican las conversaciones con el PSOE para lograr un acuerdo de gobierno de coalición. Ante un escenario nada halagüeño, el secretario general ha propuesto este sábado a los 81 miembros del consejo ciudadano estatal que sean los simpatizantes morados los que decidan, en el caso de que el pacto sea imposible, si es mejor abstenerse o votar a favor para facilitar un ejecutivo de Pedro Sánchez con Albert Rivera e irse a la oposición, o votar en contra y forzar así unas nuevas elecciones en junio.

"Si el acuerdo no es posible, tenemos que asumir el escenario que venga y los inscritos en podemos tienen que tener la última palabra sobre nuestra posición", ha aseverado Iglesias ante sus directivos, tras defender que, personalmente, ante esa disyuntiva, él apuesta por nuevos comicios convencido de que Podemos no debe alinearse con las posiciones históricamente maximalistas de la izquierda, que prefieren criticar desde la oposición a asumir las contradicciones que siempre conlleva el ejercicio de gobernar.

"Somos conscientes de que gobernar en buena medida es ceder y es decepcionar. Es comodo situarse en posiciones maximalistas de la oposición y esa ha sido nuestra crítica histórica a la izquierda: la comodidad de poder criticar desde el parlamento y no mancharse las manos en el gobierno. No nacimos para ser los contestatarios en el Parlamento, para trasladar las quejas, para ser ser la fuerza política de la indignación, sino para convertir la indignación en políticas públicas", ha defendido ante la dirección del partido.

La propuesta de Iglesias es de calado porque los estatutos de Podemos sólo establecen que sean sometidos a votación de los simpatizantes los acuerdos de gobierno, pero en ningún caso la posición estratégica ante una posible investidura. Sin embargo, su planteamiento está en sintonía con la línea política que siempre ha venido defendiendo. El líder morado siempre ha mantenido queJosé Luis Rodríguez Zapatero no consultara con referéndum los recortes a los que le obligó 'la troika', y en cambio, aplaudió la decisión del primer ministro griego, Alexis Tsipras, de someter esa decisión a consulta.

Su propuesta es una fórmula para, sea cual sea la decisión definitiva que tomasen los simpatizantes, salir reforzado. Si las bases optasen por apoyar un Gobierno de Sánchez, Podemos pasaría a la oposición y podría cargar duramente contra un PSOE 'derechizado' por su acuerdo con Ciudadanos, máxime cuando el desborde del déficit obligará a recortes de 25.000 millores de euros. Iglesias conoce bien el efecto erosionante que eso puede tener para un partido socialdemócrata, como ya ocurrió con el Pasok griego.

BLINDAJE SEA CUAL SEA EL ESCENARIO

Si se fuerzan elecciones, y ahí anida otra clave sustancial, Iglesias contará con el respaldo de una militancia a la que se habrá ganado con esa consulta. Por una parte, porque verán una organización con formas más democráticas a la que ha venido operando en los últimos meses. Por otra, porque esa relación de proximidad es fundamental para una movilización que sería imprescindible ante unos nuevos comicios el 26 de junio. El líder conoce mejor que nadie la inmensa capacidad de 'remontada' que tiene su partido, cómo creció seis puntos en intención de voto desde octubre a diciembre -algo inédito en la historia electoral española-, y sabe que si hay elecciones necesita volver a conectar con un electorado que prevé frustrado ante la incapacidad de los dirigentes de llegar a un acuerdo de gobierno.

Con esta decisión, Iglesias se blinda, recupera la conexión con las bases y se muestra dispuesto a dar la batalla que le encomienden. El número uno de Podemos alega que es una decisión que deben tomar sus inscritos, 380.000 personas, pero subraya que esa encrucijada no responde a que existan dos almas en el partido, una moderada que querría la abstención y otra radical que buscaría las elecciones.

MÁS DIALOGANTE

Justamente esa conexión con las bases es el objetivo de la nueva estructura organizativa que este sábado expone Pablo Echenique, que previsiblemente será nombrado nuevo secretario de organización en substitución del destituido Sergio Pascual. El líder en Aragón ha defendido la estructura con la que ha venido operando Podemos en sus dos años de vida pero ha señalado que esa estrategia ha dejado "desatendida" a parte de la organización "especialmente a los círculos" y ha anunciado que apostará por un Podemos con una forma "más dialogante, más feminizada y descentralizada".

Respecto al conflicto interno, Iglesias ha admitido que la pugna ha dolido en términos personales y ha sido "mucho más traumática"por los vínculos de amistad que existen entre los dirigentes, pero ha apelado a la madurez que se gana resolviendo la crisis.