La dirección de Podemos se conjura contra la amenaza de una nueva guerra, esta vez con IU, que puede perjudicar la plaza más relevante que los morados salen a conquistar en el 2019: la Comunidad de Madrid, que defenderá el recién nombrado candidato Íñigo Errejón. La preocupación, admiten los podemistas, es elevada. Fuentes próximas al secretario general, Pablo Iglesias, aseguran a EL PERIÓDICO que ha transmitido su inquietud al líder de la federación de izquierdas, Alberto Garzón, para que medie y resuelva el conflicto. Aun así, admiten, estos "toques" no han desactivado el intento de un boicot en Madrid que coincide, además, con la negociación abierta entre ambas formaciones en el ámbito estatal para buscar un acuerdo que les permita ir en la misma papeleta en las próximas elecciones.

En Madrid, admiten, el momento es delicado. Ni IU ni la corriente anticapitalista de Podemos quisieron confluir con Errejón en las primarias que el estratega ganó el pasado lunes y reclaman que haya unas nuevas votaciones tras el verano. La familia menor de los morados asegura que es la única fórmula que aceptarán y dicen estar convencidos que en IU van a mantenerse firmes a su lado hasta el final. Los rostros visibles del pulso son la portavoz morada en la Asamblea de Madrid, Lorena Ruiz-Huerta, y el concejal del Ayuntamiento de Madrid que fue destituido por la alcaldesa, Carlos Sánchez-Mato (IU). Si no se repiten las primarias o no dan su brazo a torcer y buscan encajar en la lista de Errejón, ambos se quedarían fuera de la candidatura para el 2019.

Desde la dirección de Podemos avisan de que el órdago puede salirles caro. Difícilmente Sánchez-Mato tendrá la posibilidad de repetir en el consistorio, tras haberle ocultado a la alcaldesa, Manuela Carmena, la intervención de Hacienda por incumplir la regla de gasto. Su pulso, sostienen, está relacionado con situarse en un lugar de salida para conseguir ser diputado autonómico en el 2019. Ruiz-Huerta, por su parte, ha aumentado su presencia mediática y su liderazgo durante el 'caso Cifuentes' y cargó con la moción de censura presentada por Podemos en la Comunidad de Madrid el año pasado, pero a nadie se le escapa que está en minoría en el grupo parlamentario.

Freno como portavoz

Su portavocía fue posible gracias a la alianza de los anticapitalistas con la familia pablista para superar a la errejonista Rita Maestre como secretaria general en Madrid. Pero, un año y medio después, el oficialismo cambia de tercio y el pacto entre Iglesias y Errejón la puede dejar sin poder. Fuentes cercanas a Ruiz-Huerta lamentan los intentos del partido por frenar su crecimiento como portavoz y creen que las prisas por hacer las primarias están relacionadas con este plan para limitar su exposición.

Desde la dirección del partido no ven la suya como una amenaza menor, pero recuerdan los peligros de abrir ahora una "guerra". La situación, alegan, solo se solventará si los anticapitalistas e IU cejan en su empeño o, en última instancia, si Garzón da un golpe de mando.

Sin acuerdo por el nombre

Mientras el pulso de Madrid continúa sin resolverse, Podemos ultima un pacto estatal con la federación de izquierdas para confluir en las próximas elecciones. Uno de los problemas para alcanzarlo es el nombre. Iglesias llamó a sus bases a votar para que la marca Podemos esté presente. IU ha hecho lo mismo.

La Asamblea Político y Social de la federación aprobó el pasado 12 de mayo que las siglas de IU aparezcan también si no logran consensuar otra denominación que les englobe.

Voces críticas con Garzón cuestionan su capacidad de liderazgo para resolver la crisis en Madrid y lamentan su obstinación en reivindicar una mayor visibilidad para la marca de IU cuando lo sustantivo, defienden, es confluir para sumar fuerzas.