El Teatro del Barrio en Lavapiés (Madrid) vio nacer a Podemos hace 6 años. Pablo Iglesias y el resto de fundadores del partido morado subieron al escenario de una sala con capacidad para poco más de un centenar de personas que se quedó en el imaginario de la formación como un icono de sus comienzos. Ayer, el ahora vicepresidente segundo del Gobierno de Pedro Sánchez volvió a pisar el mismo suelo en su primer acto como miembro del Gobierno.

Esta vez, el jefe de los morados acudió para inaugurar una serie de actos en recuerdo de la semana negra de Madrid, que se saldó con 7 asesinados por grupos fascistas o parapoliciales en 1977.

Llegó allí de manera muy diferente a la del año 2014, rodeado de guardaespaldas y con las prisas propias de todo un vicepresidente. Un puesto que muy pocos se imaginaban que alcanzaría en poco más de un lustro.

Exhumaciones

Tras aguantar las lágrimas al presentarse ante el público, Iglesias aprovechó para sacar pecho de las medidas que llevará a cabo el Ejecutivo en materia de Memoria Histórica, pese a ser unas competencias que, por mucho que las peleó Unidas Podemos, terminaron quedándose en manos de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. Así, recordó que en el acuerdo programático entre socialistas y podemistas se recoge la declaración del 31 de octubre como día de recuerdo para todas las víctimas del franquismo y el 8 de mayo el día de reconocimiento de las víctimas del exilio.

Además, insistió en que durante la legislatura se prohibirá la exaltación y el enaltecimiento del franquismo y se eliminará toda la simbología franquista de lugares públicos. La novedad llegó cuando anunció su deseo de que cuando comience el programa de exhumaciones de víctimas de la dictadura que continúan en fosas comunes esté presente algún miembro del Consejo de Ministros.

Aprovechó también el acto para confrontar con PP y Vox a costa de la censura parental. Y defendió que «la libertad no es que existan colegios dirigidos por la Conferencia Episcopal», sino que cualquier niño, haya nacido donde haya nacido pueda recibir «la mejor educación pública». «Este Gobierno va a defender la educación pública frente a los que quieren volver al pasado», sentenció antes de terminar con unas palabras ya habituales de sus discursos: «Porque fuisteis somos, porque somos serán».