Josu Jon Imaz ha logrado su objetivo de neutralizar el incipiente debate sobre la realización de una consulta popular en Euskadi, que se había puesto insistentemente sobre la mesa pocos días después de la ruptura de la tregua. Aunque la polémica ha quedado abierta y deja secuelas en los sectores más soberanistas de su partido, el presidente del PNV se encargó ayer de subrayar que el partido y el lendakari "irán de la mano" en este asunto, de modo que se descarta la posibilidad de que Juan José Ibarretxe plantee medidas que no tengan el aval del PNV.

Imaz aprovechó una entrevista en la radio pública vasca para explicar que el objetivo de su explosivo artículo de opinión publicado el domingo en varios diarios vascos era "poner un punto de seriedad" en el debate sobre el referendo. Eludió comentar que precisamente fue el lendakari quien lo suscitó seguido a coro por los socios del Gobierno vasco.

EN AUSENCIA DE VIOLENCIA Las palabras de Imaz, negando que existiera "tensión" en la cumbre peneuvista celebrada el lunes con presencia de Juan José Ibarretxe, pretendieron quitar hierro a la situación.

También la portavoz del Ejecutivo, Miren Azkarate (PNV), quiso rebajar el tono de desencuentro. Reconoció que la consulta recogida en el acuerdo de coalición entre PNV, EA y EB solo se podrá realizar "en ausencia de violencia" y desde un acuerdo previo entre los partidos que en las actuales circunstancias no se da.

Azkarate se negó a confirmar si la cuestión se había analizado durante la reunión del Ejecutivo que se celebró durante la mañana de ayer sin la presencia del lendakari, que inició un viaje ya previsto con anterioridad a Guatemala. La portavoz no quiso tampoco valorar las críticas a Imaz manifestadas por los consejeros Joseba Azkarraga (EA) y Javier Madrazo (EB).

Azkarate subrayó, eso sí, que el consejo político del Gobierno, integrado por Ibarretxe, Azkarraga y Madrazo, planteará en septiembre una "iniciativa política" porque no se quedarán de "brazos cruzados".