El Ejecutivo de Melilla considera que "la imprudencia" de España ha permitido que se invadan los 500 metros de espacio de separación que a finales de los años 50 se fijaron para convivir sin tensiones con Marruecos. El presidente de la ciudad autónoma, Juan José Imbroda, acusó ayer al país norteafricano de "usurpar" la tierra de nadie que hay entre el lado español y el marroquí de la frontera de Beni-Enzar y exigió al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que "dialogue y haga entrar en razón" a Rabat para solventar el conflicto.

El dirigente afirmó que el problema se remonta a "20 o 30 años", tiempo durante el cual Marruecos ha ido avanzando "poco a poco" hasta reducir a la mitad la distancia entre los dos lados fronterizos, un espacio que, según los sindicatos de las fuerzas de seguridad, está siempre ocupado por activistas marroquís. "La presión es muchísimo mayor porque solo una verja o una barrera delimita la soberanía de España", añadió Imbroda.