"Piensa en verde", recomienda una conocida marca de cerveza. Pero no hubo manera. Salvo excepciones, las fuerzas políticas dedicaron el debate de ayer sobre la toma en consideración del Estatuto andaluz a pensar... en catalán. Mariano Rajoy subió a la tribuna con una corbata verde que evocaba la bandera andaluza, pero pronto dijo "no" a un Estatuto que le pareció "una coartada" para justificar el de Cataluña. Luego aclaró que al anudarse la corbata lo único que había tenido en cuenta era "el color que da bien en la tele".

Tan lejos del líder popular pero tan cerca en muchas ocasiones, Joan Puigcercós coincidió en verlo como un "clon" del catalán. Pareció que estaba a punto de pensar en verde cuando dijo entender las reivindicaciones del sur. Falsa alarma. ERC las apoya y cree que Cataluña también, porque Andalucía "es un pedazo de la nación catalana en construcción". Es decir, que como "muchos hijos y nietos de Andalucía son catalanes", comparten los mismos sentimientos.

La autodenominación andaluza ha soliviantado al PP y al PA, pero no se ha debatido en las calles. La prueba es que ni siquiera circulan chistes sobre el tema más allá de la observación de Antonio Romero, de IU, que defiende "el gazpacho" como la única realidad nacional andaluza que nadie discute.