El independentismo respondió esta vez sí de forma unánime y sin fisuras a la amenaza de adelanto electoral del presidente del Gobierno. Sin inmutarse, Govern, JxCat, PDECat y ERC desplazaron de inmediato la pelota al tejado de la Moncloa: el soberanismo sigue dispuesto a negociar hasta el último minuto la tramitación de los Presupuestos del Estado, que se vota mañana, si se concreta una oferta que dé contenido y solidez a las mesas de diálogo entre partidos e instituciones sobre el contencioso catalán y permita abordar en ellas el derecho de autodeterminación de Cataluña con la presencia de un relator. Con todo, el independentismo ya no confía en que haya acuerdo y da por enterradas las cuentas del Estado aunque -léase la enmienda a la totalidad del PDECat- veía en ellas avances importantes en cuanto a la inversión en Cataluña y las iniciativas sociales.

Una vez la Moncloa divulgó la posibilidad de avanzar los comicios generales al 14 de abril, la respuesta independentista fue la de no dar credibilidad al anuncio. Como recordó la portavoz del Govern, Elsa Artadi, sobre el calendario electoral, los mensajes del Gobierno han sido absolutamente contradictorios. Hace exactamente un mes, Sánchez sostenía en Barcelona que pasara lo que pasara gobernaría hasta el 2020. Desde esa aseveración en un mitin, varios ministros lanzaron mensajes divergentes.

Sin duda parte del independentismo es reacio a dejar caer a Sánchez. Lo dijo abiertamente la exconsejra Dolors Bassa. Pero el secesionismo tampoco se considera responsable de que el presidente caiga si convoca elecciones, porque PDECat y ERC están convencidos: el Gobierno dio marcha atrás cuando se estaba hilvanando un pacto sobre las mesas de negociación, con calendario y contenidos. La dio por la presión interna de parte del PSOE y ante las amenazas de la derecha y la extrema derecha. «A la hora de hacer aterrizar el diálogo, Sánchez frena en seco el jueves cuando estamos negociando cómo dialogaremos, no el acuerdo al que llegamos para ejercer un derecho de los catalanes», explicó Artadi, consejera de Presidencia, a la hora de describir las «dos almas del PSOE», la que pretende pactar con Cs y la más progresista. Tanto el president, Quim Torra, en Catalunya Ràdio como Artadi reclamaron que se hable de autodeterminación y represión.

En las filas independentistas dan por cerrado el expediente sobre las cuentas. El debate presupuestario se inicia hoy en el Congreso. Ya no hay tiempo, máxime cuando coincide con el inicio del juicio a los líderes del procés, entre ellos, Oriol Junqueras, el presidente de ERC, uno de los partidos implicados en la negociación. «Es una lástima, pero los socialistas lo han gestionado fatal», explicaba una voz del secesionismo que atribuía a Sánchez y su impericia a la hora de gestionar «las críticas en el seno de su partido» el abrupto fin de las conversaciones entre Madrid y Barcelona.

En cuanto a la posible fecha electoral, PDECat y ERC dan poco pábulo a que se celebren justo a mitad del juicio, lo que podría ser perjudicial, piensan, para los socialistas e, incluso, en mayo, por la presión de los barones del PSOE a que se mezclen comicios y mensajes. Amplios sectores del independentismo mantienen que a Sánchez le interesa más un escenario de confrontación con el secesionismo, con una gran ruptura en los Presupuestos, que de acuerdo. Es decir, mantienen la duda de que el PSOE haya apostado honestamente por sacar sus cuentas.