Las fuerzas de seguridad del Estado han logrado disponer de infiltrados en las redes islamistas. Este extremo ya quedó patente en octubre del 2004, cuando el juez Baltasar Garzón ordenó la operación Nova, con 43 detenidos en varias fases (15 de ellos reclusos que ya cumplían condena).

Un informador, que después se desdijo, desveló que el grupo salafista Mártires por Marruecos, creado por el argelino Mohamed Achraf, internado en la prisión de Topas (Toledo), pretendía atentar contra la Audiencia Nacional. Un total de 33 detenidos fueron procesados en marzo del 2006.