El caos presidió ayer la primera sesión del juicio contra 32 dirigentes de Jarrai, organización juvenil del conglomerado radical aberzale y protagonista de la kale borroka . Al retraso en el traslado de los encarcelados se sumaron una serie de incidentes procesales que hicieron que la vista se aplazara hasta el viernes.

La sesión empezó dos horas más tarde de lo previsto porque los 22 acusados que están en prisión no podían ser conducidos hasta la Audiencia Nacional debido al corte de carreteras fruto del temporal. Todos los encausados están internados en cárceles ubicadas en Madrid.

Después, se comprobó que dos de los acusados que estaban en libertad se habían fugado. Se trata del principal imputado de este proceso, Asier Tapia, que se enfrenta a una petición fiscal de 111 años de cárcel, y de Izaskun Lesaka, para la que el fiscal reclama 10 años de prisión.

Los acusados fueron distribuidos en dos habitáculos de la sala: en la zona blindada se sentaron los presos y frente al tribunal, los que están en libertad. Sin embargo, todos ellos, excepto una chica, llevaban el mismo uniforme. Una camiseta roja con la leyenda En defensa de los derechos civiles y políticos. Jóvenes, adelante .

SUSPENSION Los defensores pidieron la suspensión de la vista alegando que no se habían resuelto dos recursos presentados contra la negativa del tribunal a tramitar un incidente de recusación contra los peritos del fiscal. El abogado de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), Pedro Cerracín, se sumó a esos alegatos. "No queremos que se les condene a cualquier precio sino con todas las garantías que la banda terrorista ETA niega a sus víctimas", subrayó.

El tribunal asumió en parte esas manifestaciones, ya que aceptó resolver los recursos presentados, tras permitir a los demás abogados que los estudien. Sin embargo, rechazó que se hayan vulnerado los derechos de defensa de los imputados por haber sido trasladados a cárceles de Madrid hace sólo 15 días.

El presidente del tribunal, Alfonso Guevara, ironizó sobre esa vulneración de derechos: "Dicen que no se ha podido preparar la defensa, pero sí la indumentaria porque ha habido tiempo para repartirse las camisetas". Antes había regañado a los acusados, que expresaron con gestos y charlas su alegría por reencontrarse entre ellos en la sala de vistas y ver a sus familiares. "He permitido saludos, risas, para no armarla, pero ahora o se callan o cortamos", les dijo.

El mismo tono empleó con los letrados que no estaban de acuerdo con su decisión de aplazar la vista al próximo viernes. "Se acabó. El viernes a las diez", le contestó al letrado de la AVT cuando protestaba por la decisión del tribunal.