Los socialistas navarros rechazaron ayer las «escenas de tensión» vividas el viernes en Berriozar (Navarra) durante el homenaje al subteniente Francisco Casanova, asesinado por ETA, un acto en el que «se insultó» a la presidenta del Gobierno de Navarra, la socialista María Chivite. En ese acto, se leyó un manifiesto en el que se aseguraba que el PSN, al haber sido investida Chivite presidenta con la abstención de parte de los parlamentarios de Bildu, «se ha echado en sus garras y en las de los proetarras, cometiendo una gran ignominia y una auténtica humillación a los cerca de mil asesinados por la ETA».

Además, durante el homenaje, entre los asistentes se escuchó algún grito aislado en el que se llamaba «traidora» a Chivite y al finalizar el acto hubo nuevos reproches de ciudadanos a la presidenta. El secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz, pidió ayer en un comunicado «basta de echar leña al fuego de los odios y de jugar con la convivencia como herramienta política, algo que está haciendo UPN y que, como se ha demostrado, lo que hace es alimentar a grupos de exaltados».

El PSN pide a UPN que «abandone la deriva extremista y radical en la que se ha instalado y apueste por la convivencia, como hacen los socialistas y como hace el Gobierno de Navarra, y dejen de utilizar una materia tan sensible políticamente, porque es una irresponsabilidad».

La secretaria general de UPN, Yolanda Ibáñez, reaccionó a estas palabras acusando a los socialistas de «cinismo político» «tras haber apostado el PSN por gobernar con las fuerzas más extremas y radicales que hay, tanto en el lado de la izquierda como en el del nacionalismo».

Ibáñez recordó que «los que siguen sin condenar a ETA ni pedir perdón por sus crímenes, los que siguen sin ayudar a resolver los crímenes sin resolver y los que no apuestan por la convivencia son los que han hecho presidenta a Chivite». Y subrayó que «si hay víctimas de ETA que se sienten traicionadas por el PSN, quizá es momento de que los socialistas se pregunten qué ha cambiado».