El registro policial del Volkswagen Golf que los terroristas abandonaron en su huida después de disparar a bocajarro a dos guardias civiles arrojó ayer un poco de luz sobre lo que realmente pasó el sábado por la mañana en la cafetería cercana al centro comercial Leclerc en Capbreton (Francia).

Las fuerzas de seguridad encontraron material suficiente para cometer varios atentados, lo que hace pensar a los investigadores que los tres etarras constituían un comando que iba a entrar a España de forma inminente con la intención de llevar a cabo una o varias acciones terroristas.

PREPARADOS En concreto, los agentes franceses encontraron material para fabricar bombas lapa (que se adosan a los coches y explotan normalmente cuando se ponen en movimiento), así como cloratita, temporizadores y detonadores. El sábado ya trascendió que disponían de un artefacto de unos 300 gramos, pero se pensó que lo transportaban, como suele ser habitual, para explotar el vehículo si se veían obligados a abandonarlo, y así borrar todas las huellas.

Los investigadores, según fuentes de la lucha antiterrorista, están casi seguros de que la intención de los etarras era entrar en España en breve, aunque tampoco se descarta la posibilidad de que fueran miembros de logística de ETA que tuvieran la intención de entregar los explosivos a otro comando.

En cualquier caso, el material encontrado ha servido también para que la Guardia Civil esté prácticamente convencida de que los etarras y los guardias civiles se encontraron en la cafetería de forma "fortuita", como destacó el sábado el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Según las fuentes consultadas, los miembros de ETA no llevarían un coche lleno de pistas que después tuvieran que abandonar si su objetivo hubiera sido tender una emboscada a los agentes, que estaban trabajando en una operación anti-ETA con la policía francesa. Según algunas fuentes, en el centro comercial se iba a celebrar una reunión de etarras y los agentes formaban parte del dispositivo habilitado para vigilarlos.

No obstante, todavía no está claro cómo los terroristas reconocieron a los guardias. Estos entraron en la cafetería a desayunar sin saber que dentro había un comando de ETA. La principal hipótesis que maneja la policía, según las mismas fuentes, es que los etarras reconocieran a los agentes, que iban desarmados, por algo que dijeron o hicieron.

"Algún movimiento hizo pensar a los etarras que les habían pillado", explicó ayer Rubalcaba en la cadena Ser. Según su versión, los terroristas decidieron entonces matarles "para que no les cogieran".

CABECILLA ETARRA Todos los expertos consultados concluyen que al menos uno de los etarras huidos tiene capacidad de decisión dentro de ETA, ya que de otra forma no se entiende que tomaran la decisión de asesinar, en el que ha sido el primer atentado en suelo francés.

Por otra parte, el estado del guardia civil herido, Fernando Trapero, de 23 años, continuaba siendo ayer de extrema gravedad. Los medicos señalaron que sufría "muerte cerebral".

El expresidente del PNV Josu Jon Imaz y un concejal de su partido en Bayona visitaron al herido en el hospital y trasladaron su solidaridad a las familias.