Los dos etarras que abandonaron precipitadamente un coche cargado con explosivos el jueves en Ayamonte (Huelva), a pocos kilómetros de Portugal, dejaron bastantes indicios, como documentación, ropa y un ordenador, que permitirán su pronta identificación si están fichados por la policía, según fuentes de Interior. El propio Alfredo Pérez Rubalcaba señaló que los huidos formaban un comando que "sin duda" dejó pistas.

Según el ministro, la hipótesis "más verosímil" es que el control en la autovía A-49, que une Sevilla con Portugal, por la Guardia Civil y la policía portuguesa, hiciera "huir despavoridamente" a los integrantes del comando. En el vehículo los agentes encontraron un ordenador portátil y documentación, que están siendo analizados, así como una mochila con ropa. Entre estos enseres llevaban, quizá para hacerse pasar por turistas, una camiseta de la selección española, bañadores, unas gafas de bucear y otras prendas por el estilo.

CALLEJERO DE SEVILLA Los etarras también portaban un callejero de Sevilla y un mapa de carreteras de Andalucía, aunque sin objetivos marcados, según fuentes de la investigación. Los agentes consideran que es desconcertante que poco después del abandono del vehículo otras dos personas, a bordo de una moto, rompieran una ventana y revolvieran en su interior hasta llevarse dos bolsas. No se descarta que fueran delincuentes contratados por ETA en busca de documentos importantes o armas o que incluso no tuvieran nada que ver con la banda.

Fuentes de la lucha antiterrorista apuntan a que el objetivo de los etarras era entregar los explosivos a un comando radicado en Andalucía o Levante, con el fin de que este pusiera en marcha una campaña de verano. De hecho, portaban material suficiente como para fabricar hasta cuatro coches bomba que provocasen importantes daños. Además, la policía portuguesa reconoció que ETA podría tener infraestructura en el Algarve.

Fuentes del Gobierno vasco advirtieron, no obstante, de que el abandono de los explosivos no tiene por qué hacer desistir a ETA de la inmediata comisión de otra acción en cualquier parte, ya que cuentan con medios suficientes, informa Ana Garbati.

QUEJAS El consejero vasco de Interior, Javier Balza, se quejó de que la Ertzaintza no tenga información del coche abandonado y dijo que le parece "muy raro" que hubiera un control policial en una frontera. La delegación de la Asociación Independiente de la Guardia Civil en Euskadi pidió su dimisión por estas declaraciones y le acusó de entorpecer la colaboración entre fuerzas de seguridad.